El astro brasileño es considerado uno de los mejores futbolistas de la historia y deslumbró al planeta entre las décadas de 1950 y 1970. Para la historia quedará su formidable olfato con el gol, la superioridad técnica y física en el campo de juego y la hazaña histórica de haber ganado tres copas del mundo con su selección en 1958, 1962 y 1970.
El mundo llora la pérdida de ‘O Rei’. Pelé, el que para muchos es el mejor delantero de la historia del fútbol mundial y uno de los mejores futbolistas que ha habido en el planeta ha fallecido este 29 de diciembre a los 82 años de edad. Tras de sí deja una leyenda que lo ha llevado a ser admirado por millones de personas de todo el mundo y de diferentes generaciones. En su palmarés quedará por siempre una carrera llena de éxitos en el Santos, su equipo del alma, y con la selección brasileña.
Edson Arantes do Nascimento nació un 23 de octubre de 1940 en el estado de Minas Gerais en el seno de una familia ligada al balón. Su padre, João Ramos do Nascimento Dondinho, fue futbolista del Atlético Mineiro hasta que una lesión terminó con su carrera y Pelé vivió con pasión desde muy pequeño todo lo que rodeara al balón. Desde pequeño comenzó a jugar en categorías inferiores de diversos equipos hasta que en 1956, con apenas 16 años, fue fichado por el Santos.
Su familia aceptó a regañadientes el tener que mudarse a São Paulo para que su hijo pudiera desarrollarse como profesional, ya que su madre dudaba que pudieran vivir del fútbol dada la mala experiencia que había tenido el padre de Pelé con las lesiones, pero la realidad pronto les demostró lo contrario. El joven Pelé demostró desde sus primeros partidos su eficacia goleadora y un físico portentoso que le hacía superior a la mayoría de sus rivales.
Pelé, el joven futbolista que deslumbró desde sus inicios y enamoró al público en Suecia 1958
Durante sus primeros años como profesional consiguió hacerse un hueco en el equipo santista y fue clave en el éxito de este en el Torneo Paulista de 1958. Su nombre comenzaba a resonar con cada vez más fuerza, a pesar de su juventud, en el área metropolitana de São Paulo y en el resto del país hasta el punto de que Vicente Feola, el entonces seleccionador de Brasil, decidiera apostar por él para el mundial de Suecia de 1958 por delante de otras figuras de la época como Luizinho, la gran estrella del Corinthians.
Pelé llegó a un Brasil derrotista. El golpe sufrido por la ‘Canarinha’ en la final de la Copa del Mundo de 1950 contra Uruguay había sido traumático para la gran mayoría de seguidores de fútbol de la nación. Este partido, conocido mundialmente como El Maracanazo, vio perder a Brasil la final por 1-2 tras una remontada espectacular de Uruguay ante un estadio de Maracaná abarrotado con más de 170.000 almas apoyando a Brasil.
Cuando en 1950 se consumó el legendario «Maracanazo» rubricado por los celestes de Uruguay, el Edson niño vio llorar amargamente a su padre y se juramentó que un día lo recompensaría en condición de líder de un Brasil campeón del mundo.
Sin embargo, el astro brasileño llegó para cambiar este pensamiento. Aunque comenzó el torneo de 1958 con dudas y molestias físicas, en cuartos de final anotó un gol contra Gales que daría el pase a su selección a semifinales contra una poderosa Francia que venía como una de las selecciones favoritas a optar por el mundial. En ese encuentro, la ‘Canarihna’ arrasó al conjunto galo con un contundente 5-2 en el que Pelé marcó un ‘hat-trick’.
La final se disputó contra el anfitrión, Suecia, un conjunto que se había caracterizado durante los últimos años por su solidez defensiva, pero que no pudo frenar el torbellino ofensivo de Brasil, que comenzó a crear lo que más tarde sería conocido como ‘jogo bonito’. En este encuentro, los brasileños consiguieron doblegar a los anfitriones por otro contundente 5-2 y un juego majestuoso en el que Pelé volvió a anotar un doblete.
De esta forma ‘O Rei’ se convirtió en campeón del mundo con su selección por primera vez con tan solo 17 años. El inicio de una carrera que lo catapultaría a la cima del éxito mundial. Para la historia estará la imagen de un jovencísimo Pelé llorando de alegría en el hombro del portero brasileño Gilmar.
Segundo mundial y una carrera repleta de títulos y goles con el Santos
Bajo su liderazgo Santos vivió una época dorada de dominio absoluto dentro del fútbol brasileño. Entre 1959 y 1969 este equipo fue campeón de todos los Campeonatos Paulistas que se disputaron, la prestigiosa liga regional de São Paulo y de seis ligas brasileñas entre 1961 y 1968. La razón de estos trofeos son la escandalosa cifra de goles que anotó Pelé.
Durante toda su carrera el astro brasileño anotó 1.284 goles en 1.351 partidos, aunque sólo 757 fueron en partido oficiales. Esto hace de Pelé uno de los máximos goleadores a nivel global y con 77 tantos con Brasil es el máximo goleador en la historia de su selección.
Con 21 años, y esos números, Pelé llegó al Mundial de Chile 1962 liderando a un equipo que partía en todas las apuestas como el favorito para repetir título. Sin embargo, Pelé apenas pudo disputar los dos primeros partidos del torneo contra México y Checoslovaquia, ya que para el tercer partido de la fase preliminar contra España sus problemas inguinales lo apartaron del terreno de juego.
Esta situación complicada no impidió que Brasil siguiera disputando el torneo con gran brillantez gracias al surgimiento de nuevas figuras como Garrincha y Amarildo que hicieron que la ‘Canarinha’ jugara su segunda final consecutiva en mundiales y que venciera por 3-1 a Checolovaquia. Este mundial apenas pudo ser disputado por Pelé, pero la estrella formó parte del conjunto de principio a fin del torneo.
‘O Rei’ también fue campeón internacional con su club al ganar dos Copas Libertadores –las primeras del fútbol brasileño– contra Peñarol y Boca Juniors en 1962 y 1963 y consiguiendo doblegar al Benfica y al AC Milan en esos mismos años en la copa Intercontinental que enfrentaba a los campeones de la Libertadores con los campeones de la Copa de Europa. Estos encuentros hicieron todavía más grande a su figura.
Durante la década de 1960 el juego que desplegaba ‘O Rei’ lo convirtió poco a poco en una leyenda admirada por todo el mundo. Su fútbol se basaba en una increíble definición de cara a portería que le permitía ser tremendamente eficaz con las dos piernas. Una capacidad de ejecución que acompañaba con una extraordinaria velocidad, técnica y capacidad física que dejaba atrás a la mayoría de defensores de la época.
Los críticos siempre señalaron que el principal problema de Pelé es que nunca disputó un torneo regular con un equipo europeo –en ligas más profesionalizadas y con un mayor estudio de juego–, pero su calidad quedó demostrada frente a estos equipos en los torneos internacionales que llegó a disputar con Santos y en las innumerables giras de exhibición que lo llevaron a recorrer el mundo. Todo ello sin contar con la exhibición que el astro brasileño llegó a dar en los mundiales.
Las únicas manchas en su haber deportivo quizá sean que nunca logró ninguna Copa América con su selección y el mundial que disputó en Inglaterra 1966. Ese año la ‘Canarinha’ estaba atravesando una fase de transición generacional y tuvo numerosos problemas previos al torneo. Una situación que hizo que el equipo quedara eliminado en primera ronda contra todo pronóstico y que Pelé presentara su retirada prematura de la selección.
México 1970, tercer mundial y retirada
A pesar de esto, Pelé decidió volver a la selección en 1969 bajo las órdenes de Mário Zagallo, con el objetivo de preparar el Mundial de México 1970. Este torneo se intuía que sería la despedida de Pelé del fútbol profesional y su oportunidad para redimirse de Inglaterra 1966. Las esperanzas se hicieron realidad gracias al extraordinario campeonato que realizó Brasil, que ganó todos sus encuentros y dejó atrás a rivales como Inglaterra, Checoslovaquia, Perú y Uruguay, a quien lograron vencer en seminales.
La final, disputada en el mítico Estadio Azteca de Ciudad de México, vio a una formidable Brasil que arrolló por 4 goles a 1 a Italia, el primero de esos goles anotado por Pelé de cabeza. Ese fue el último gran título de Pelé, que fue levantado a hombros al final del partido, con la copa mundial entre sus brazos, y coronado como ‘El Rey’ del fútbol mundial.
Su retirada de los campos brasileños llegó en 1974. Y aunque volvió al fútbol para disputar algunas temporadas en el equipo estadounidense New York Cosmos, con quienes logró una liga, su adiós definitivo se produjo en el año 1977, a los 36 años de edad.
Últimos años colmados de reconocimientos
Tras este momento, llegaron décadas de reconocimiento para el astro brasileño, que se convirtió en uno de los deportistas más idolatrados de la historia. En la década de 1980 solamente un jugador, el argentino Diego Armando Maradona, se atrevió a desafiar su legado como el mejor futbolista de todos los tiempos, aunque sus registros de palmarés nunca llegaron a igualar a los de Pelé.
Para finales del siglo XX, la estrella brasileña fue condecorada como mejor futbolista del siglo XX junto con Diego Armando Maradona por la FIFA y el Comité Olímpico Internacional lo condecoró con el galardón de mejor deportista del siglo. Su figura siguió presente especialmente en cada mundial, apoyando a la ‘Canarinha’ en cada disputa y celebrando los mundiales que sus compatriotas lograron en 1994 y 2002, haciendo que la selección brasileña sea la más laureada de todos los tiempos, con cinco títulos.
A pesar de mantenerse siempre activo en innumerables eventos deportivos y publicitarios, Pelé comenzó a tener una vida más discreta a partir de 2014 debido a varios problemas de salud que fue arrastrando con la edad. El exfutbolista contaba con sólo un riñón y sufrió numerosas operaciones que lo lastraron y debilitaron físicamente. Además, en 2021 fue diagnosticado con cáncer de colon y fue hospitalizado varias veces desde entonces. Un periplo sanitario que finalmente ha terminado con su vida este xxxx después de que no respondiera a la quimioterapia y de que su estado de salud empeorase notablemente.
El legado de Pelé, sin embargo, seguirá vivo por décadas y será recordado especialmente entre los millones de aficionados brasileños. Pelé fue uno de los precursores del fútbol moderno, uno de los creadores del ‘jogo bonito’ que enamoró a millones y que convirtió a Brasil en la potencia futbolística que sigue siendo a día de hoy. Sus jugadas, su despliegue físico y sus goles todavía continúan en la retina de los afortunados que pudieron verle jugar en directo y perdurará para siempre en las múltiples grabaciones que existen de sus exhibiciones sobre el terreno de juego.