Bolivia, país que tiene los mayores yacimientos de litio del mundo, ha nacionalizado la explotación de este recurso.
La compañía china Citic Guoan y la rusa Uranium One Group firmaron el pasado jueves un convenio para la explotación de litio en Bolivia por un valor conjunto de 1.435 millones de dólares. El Gobierno de Luis Arce, que dio el visto bueno al proyecto de la estatal Yacimientos de Litio Boliviano, instalará dos nuevas plantas para garantizar la extracción de 50.000 toneladas anuales del mineral.
Los yacimientos bolivianos de litio, un elemento indispensable para la fabricación de baterías eléctricas de automóviles y otros dispositivos, han provocado múltiples tensiones entre las compañías estadounidenses y chinas que operan en la región. Con la inversión del país asiático –unos 857 millones de dólares–, a la que se suma la de Rusia –578 millones–, el negocio adquiere tintes de alianza política y, según varios expertos citados por el diario mexicano El Universal, supone un duro golpe para los vínculos económicos de EEUU con el país andino.
Gracias al nuevo acuerdo, China y Rusia aspiran a producir, en cada una de las nuevas plantas de carbonato de litio instaladas por Bolivia, 25.000 toneladas anuales. En 2022, según datos oficiales, el país produjo 34.100 toneladas de carbonato de litio, que vendió a Rusia, China y Emiratos Árabes Unidos, y una cantidad similar de cloruro de potasio, enviado a Brasil, Chile, Paraguay y Malasia. La ganancia total percibida por el Estado boliviano con estas exportaciones fue de 80 millones de dólares.
Bolivia, país que tiene los mayores yacimientos de litio del mundo, ha nacionalizado la explotación de este recurso.
Citic Guoan, la empresa china que cerró el trato con Arce, es una filial del grupo estatal Citic, mientras que Uranium One forma parte de la Corporación Rosatom, que responde al Gobierno ruso. Bolivia, país que tiene los mayores yacimientos de litio del mundo, ha nacionalizado la explotación de este recurso.
A propósito del trato y del “futuro del litio” en Bolivia, la agencia rusa Sputnik publicó un reportaje celebrando las perspectivas del negocio, muy “saludable” para el Kremlin en el contexto de sanciones internacionales que experimenta el país tras haber lanzado su invasión a Ucrania.
La agencia calcula que, para 2025, Bolivia podría convertirse –con ayuda de China y Rusia– en el mayor productor mundial de litio, por encima del actual líder, Australia. Sputnik asegura, además, que Bolivia tiene un plan para beneficiar a las aldeas mineras que intervienen en la producción.
Son esos pobladores quienes, de acuerdo con el ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, desarrollarán industrias locales “con miras a la fabricación de baterías” e, incluso, autos eléctricos. Sputnik admite, además, que el entorno minero es pobre y que las familias “tienen que emigrar” por culpa de la carencia de trabajo y de oportunidades de estudio.
El trato con Rusia es “mucho más promisorio que con EE UU”, dijo al medio Beimar Cruz, un ex dirigente boliviano de un sindicato campesino en Uyuni
El trato con Rusia es “mucho más promisorio que con EE UU”, dijo al medio Beimar Cruz, un ex dirigente boliviano de un sindicato campesino en Uyuni, una localidad ubicada en el departamento de Potosí. “Tenemos que buscar países hermanos”, dijo Cruz, a quien Sputnik presenta como “líder indígena” y que comparte la visión del Gobierno boliviano con respecto a sus aliados internacionales.
Bolivia, junto a Argentina y Chile, forma el llamado “triángulo del litio”, una concentración del mineral –el 60% del total de las reservas probadas del planeta– muy atractiva para las grandes empresas extractoras. A diferencia de lo que pasa en Bolivia, esta materia prima es explotada por empresas privadas en el resto del mundo.
En una incesante avanzada por Latinoamérica, tanto Rusia como China han encontrado en los Gobiernos socialistas de la región socios muy dispuestos a colaborar, y Cuba ha actuado de intermediario en algunos casos.
La Habana incluso se ha implicado directamente con Bolivia para calmar las aguas a raíz del conflicto que opone a los dos principales dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS), el presidente, Luis Arce, y el exmandatario Evo Morales, que viajaron a la Isla la semana pasada. La intervención de la cúpula cubana en este asunto tiene como objetivo evitar una disputa que podría provocar una derrota de sus aliados en las próximas elecciones y poner en peligro los acuerdos con Rusia y China.