enfrentaba una sequía prolongada desde noviembre de 2016.
Indicó que la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) puso en condiciones el avión Hércules que se utilizó en 2017 ante la prolongada sequía de entonces en gran parte del país.
“La Fuerza Aérea ya ha puesto en condiciones, el Hércules ya estaría en condiciones de operar, ya se tiene las granadas, las bombas, pero las condiciones en este momento no requieren que se utilicen esta técnica, no estaríamos en la necesidad de utilizar todavía”, indicó a La Razón Radio.
Explicó que el país aún cuenta con la aeronave y con las granadas o bombas que todavía tienen tiempo de uso, las cuales se podrían utilizar en caso extremo.
No obstante, dijo que el uso de este tipo de tecnología solo se aplicaría en regiones cercanas a la cordillera por las condiciones climáticas y no así en otras partes del país como los llanos y valles.
“Esta técnica en el Chaco no tendría efectividad, no está recomendado para hacerlo; tampoco en la zona del oriente o en el lado la Chiquitania por las características geográficas que se tiene en el lugar”, añadió.
Aplicación
En enero de 2017, el Gobierno de ese entonces determinó bombardear las nubes en La Paz para generar lluvias, ante una sequía prolongada desde noviembre de 2016.
El ministro de Defensa de ese entonces, Reymi Ferreira, informó que en La Paz durante un mes bombardearon las nubes.
Para ello se invirtió aproximadamente medio millón de dólares, destinados para combustible, cartuchos, asistencia técnica, alojamiento y alimentación de los asesores que apoyaron estas actividades.
“Se ha bombardeado 202 formaciones nubosas en 27 vuelos y en 4.600 cartuchos con equipos de la Fuerza Aérea, en este caso (aviones) Hércules”, explicó en ese entonces.
Ante ello, Calvimontes indicó que ese entonces se hizo uso de esta la tecnología de bombardear con el apoyo de expertos extranjeros que hicieron un estudio para generar las lluvias.
“Según información que hemos recibido de expertos, en aquella oportunidad han venido expertos extranjeros han hecho todo un trabajo científico desde el punto de científico si es posible”, dijo el viceministro de Defensa Civil.
Bolivia sufre una prolongada sequía en el altiplano y los valles desde abril de 2022, que se prolonga por la ausencia de lluvias de temporada.