Cada vez se hace más difícil la lucha contra el contrabando. La entrada y salida de productos y venta clandestina de una infinidad de mercaderías se ha convertido en un problema global. De un comercio informal a un crimen organizado ha sido la mutación, ya que las personas que se dedican a esta actividad ilícita, atentan contra la vida de funcionarios que controlan y comisan este material ilegal.
El contrabando ahora crimen organizado y aqueja a tres países, Bolivia, Chile y Perú. Por esa razón este jueves se desarrolló el Seminario Internacional “Del Comercio Informal al Crimen Organizado: Los desafíos de la región frente al contrabando”, organizado por la Cámara Nacional de Industrias (CNI) y la Cámara Nacional de Comercio Servicio y Turismo y la Sociedad Nacional de Industrias (Cainco). Donde también participó Pedro Vargas, viceministro de Lucha Contra el Contrabando y expertos de Perú y Chile.
“Unir a tres países, tres cámaras nacionales, es un evento de importancia, hoy comenzamos hacer historia”, dijo el presidente de la CNI, Pablo Camacho.
La triple frontera de estos países afectados se ha transformado en un espacio donde opera el crimen organizado, cuando debería ser un “polo de desarrollo”. “Debemos comenzar a identificar estos crímenes, no nos olvidemos que hay un país de destino y hay un país origen”.
También lamentó que los gobiernos tengan tantos obstáculos y procesos largos para encontrar al o los responsables de estos crímenes organizados. Donde “grandes comparadores en cada uno de estos países”, no son auditados cuando sus productos pasan por las fronteras, ese debe ser el punto de investigación, detalló Camacho.
Tras el seminario empezarán a trabajar en acciones conjuntas como la “diplomacia empresarial” para combatir este crimen organizado que se desarrolla en las fronteras de los diferentes países.
“Los males que aquejan a Bolivia también aquejan a estos países vecinos, hoy implementamos lo que vamos a llamar la diplomacia empresarial. (…) La dinámica y la diplomacia de los Gobiernos está llena de obstáculos de procesos engorrosos. Los industriales y los empresarios somos más rápidos y más eficaces y más eficientes en búsqueda de esta solución, es eliminar el crimen organizado y estas mafias que hoy nos aquejan”, manifestó.
Por su parte, Fernando Antezana, director y miembro de la directiva de CAINCO, indicó que el contrabando es una “sombra que se expande día, día” que frena el progreso de Bolivia, destruye la actividad económica de la industria nacional y “sofoca las aspiraciones de los emprendedores”.
“Esta competencia desleal, impulsada por intereses mezquinos, busca desalentarnos y debilitarnos en determinación de invertir en nuestro país. El contrabando no es solo un obstáculo económico, es un flagelo que afecta a toda nuestra sociedad, las pérdidas de divisas, los ingresos del estado se ven restringidos y las familias pierden sus fuentes de ingreso formal”, explicó Antezana.
El empresario de CAINCO exhortó al Gobierno y los Gobiernos municipales y departamentales a realizar un trabajo conjunto para combatir esta lucha contra estas organizaciones criminales.
“Como familia empresarial asumimos nuestra responsabilidad y exhortamos a las autoridades a considerarnos aliados, necesitamos acciones coordinadas entre el Gobierno nacional, Gobierno municipales y todos los sectores involucrados para unir fuerzas”, sostuvo.