Las garrafas cargadas de gas licuado por YPFB son vendidas en ciudades del sur peruano hasta en Bs 100
En las calles céntricas de Juliaca, una de las ciudades más grandes del sur de Perú, se exponen en sus aceras garrafas de color amarillo que tienen gas licuado producido por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Las mafias de contrabandistas compran una garrafa en Bolivia a 22,50 bolivianos y la venden hasta en Bs 100 en el lado peruano. Es un negocio redondo.
La extensa frontera que se tiene entre los países de Perú y Bolivia permite a los contrabandistas sacar las garrafas de GLP del lado boliviano con cierta facilidad. Los garrafones pasan por la frontera en bicicletas, alzadas por personas o en camiones con mucha carga.
Incluso, las señoras de pollera llevan las garrafas en sus aguayos de un lado al otro, es decir, de lado boliviano al peruano y viceversa. Transportan una en cada viaje, ya que no es fácil llevar en la espalda al menos diez kilos de GLP, que es el peso aproximado de una garrafa boliviana.
Sólo los pueblos peruanos aledaños al lago Titicaca son los que compran las garrafas bolivianas, no ingresan a lugares más alejados de la frontera debido a los elevados costos del transporte y a los controles que se ejercen dentro del territorio del vecino país. En Perú las garrafas son de color azul.
Operativos en surtidores
El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, afirmó que las 34 estaciones fronterizas de venta de carburantes serán reforzadas con 600 efectivos militares. En estos puntos de venta se vende gasolina y gas licuado a personas que llevan estos productos hacia otros países.
“Tenemos entendido que los precios fuera de Bolivia está entre ocho y diez bolivianos el litro de gasolina y de diésel”, dijo el director Ejecutivo de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Germán Jiménez. Esa autoridad aclaró que ese es el factor que alienta a los contrabandistas a vender los carburantes en otros países, donde el precio puede ser cuatro veces más que en Bolivia.
En la ruta hacia Perú, se detectó que choferes del sector público, en lugar de transportar pasajeros, llevan gas y gasolina de contrabando, según denunció el ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda, Édgar Montaño.
“Hemos detectado hacia la ruta al Perú, que llevan gas, en vez de llevar pasajeros están llevando gas, están llevando gasolina, ¿para eso nos están exigiendo que les demos los permisos correspondientes, mis hermanos transportistas?, les pregunto. Entonces, aquí hay sanciones y esas sanciones van desde 300 UFV (Unidad de Fomento a la Vivienda) hasta 12.000 UFV”, aseguró el ministro Montaño.
Otro método para introducir de manera ilegal las garrafas hacia Perú es ocultando los productos en zonas bajas de las orillas del lago Titicaca durante el día y por la noche las cargan a camiones para llevarlas al vecino país.
“Cuando llegan a orillas del lago Titicaca esconden las garrafas debajo del agua durante el día y por la noche sacan y los cargan inmediatamente a las embarcaciones para llevarlos al Perú”, denunció un poblador de Puerto Acosta, municipio que está a 215 kilómetros de la sede de Gobierno.