La compañía cervecera fortalece su acuerdo con la Asociación de Conjuntos Folclóricos de Oruro y se reafirma como auspiciador de la festividad más importante del país hasta el año 2030.
El Carnaval de Oruro, la máxima representación de la tradición folclórica boliviana, contará con el patrocinio de Cervecería Boliviana Nacional hasta el año 2030, de acuerdo al convenio entre la empresa cervecera y la Asociación de Conjuntos Folclóricos de Oruro.
Este año el Carnaval de Oruro cumple 21 años de haber sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad declarado por la Unesco, siendo una de las fiestas más importantes del calendario cultural del país por la fastuosidad de los bailes representados por 48 conjuntos que interpretan 18 tipos de danzas.
El Carnaval de Oruro 2023 comienza con el primer convite el mes de noviembre, hasta la celebración de los días de Carnaval. Este evento es un importante dinamizador de la economía local; entre 2018 y 2020, esta festividad convocó a 935.000 visitantes que generaron un movimiento económico 578 millones de bolivianos, según datos del Ministerio de Culturas.
«Nuestro aporte a la recuperación económica del país se pone de manifiesto en acciones como el auspicio de esta festividad que emplea a miles de personas y que sin duda es uno de los más grandes dinamizadores de la economía de la Capital del Folclore», destacó el director de Asuntos Corporativos de CBN, Ibo Blazicevic.
Como parte de sus actividades de patrocinio, impulsará el consumo responsable de sus productos durante la celebración de los carnavales. Para alcanzar este objetivo, trabaja junto a vendedores en vía pública y los propios folcloristas en capacitaciones donde se comparten consejos para promover que los participantes disfruten con responsabilidad de la celebración.
Las capacitaciones también busca preservar la salud de los asistentes a la festividad, evitando la venta de productos de contrabando que, no solamente afectan a la economía y al empleo de los bolivianos, sino que también son riesgosos para los consumidores porque no cuentan con registro sanitario ni controles sobre su importación, distribución y comercialización.