El aparato fue parte de la empresa Mahan Air, la aerolínea vinculada con las Fuerzas Quds, una de las organizaciones terroristas que están señaladas por EEUU. En 2011, Bolivia se disculpó con Argentina por invitar a un general iraní buscado por terrorismo
El avión está “marcado” por tráfico de armas; tiene restricciones de vuelo y asistencia en varios países del mundo debido a una serie de sanciones aplicadas por Estados Unidos desde 2011. Se trata de un Airbus 340-642 que hace menos de una semana tenía la matrícula EP-MMI de Irán, pues pertenecía a Mahan Air. El 15 de junio, ese aparato estuvo en la plataforma de Viru Viru por 12 horas.
Eso sí, ese día, la nave partió de Caracas con la bandera de Venezuela y la matrícula YV-3535 que es de ese país. Transportó 190 pasajeros que debían llegar a Ezeiza, Buenos Aires, en un vuelo que fue vendido como “directo” por la estatal Conviasa, una compañía que también fue sancionada por EEUU, pero a partir del año 2020.
La nave fue desviada a Bolivia. La empresa venezolana no quiso correr el riesgo de una retención del aparato, tal como ocurrió hace 14 días con un carguero Boeing 747 que está “inmovilizado” en Argentina por la instrucción de un juez. Esta autoridad quiere establecer a quien realmente le pertenece el avión en el que viajaba una tripulación de cinco iraníes y 14 venezolanos. Además, las empresas que están a cargo de la dotación de combustible en Ezeiza se negaron a reabastecerlo, precisamente, por temor a las sanciones de EEUU. El carguero pertenece a la empresa Emtrasur, una filial de Conviasa, pero hace seis meses era parte de Mahan Air.
El Airbus llegó al aeropuerto que sirve a Santa Cruz a las 13:57 del pasado miércoles. EL DEBER verificó la matrícula y el registro de la empresa en el sitio de la OFAC; conversó con un especialista que vive en Argentina, con personeros del aeropuerto y personal de Conviasa que atendió el “vuelo no regular” que no llegó a destino final en Argentina.
“La aeronave que estuvo en Viru Viru fue transferida tres días antes del vuelo a Bolivia, de Mahan Air a Conviasa. Voló de Teherán a la Isla Margarita, de ahí fue a Caracas y de Caracas se fue a Bolivia; de allí emprendió la vuelta”, explicó Andrei Serbin, un especialista argentino en seguridad con un doctorado en Relaciones Internacionales de la Complutense de Madrid.
Conviasa dijo a sus pasajeros que la nave haría “una para técnica” en Viru Viru, pero en realidad allí se intentó que una parte de los viajeros fuesen transferidos a un vuelo regular de Boliviana de Aviación (BoA) que ese mismo día salió a las 17:00 con destino a Ezeiza. La otra opción fue un vuelo chárter que, al final, no se realizó porque Argentina rechazó la operación. Las autoridades del vecino país pedían un plazo de 48 horas para verificar los detalles de la operación aérea, un aspecto vinculado con el manifiesto de carga y los pasajeros.
Al final, BoA informó al personal de la empresa venezolana que iba a retirar la solicitud de viaje a Argentina por las complicaciones que se presentaron “sobre la hora”.