Como se había anunciado, los tres máximos dirigentes del magisterio urbano a nivel nacional comenzaron la tarde de este lunes con la medida extrema del tapiado con huelga de hambre en demanda de que el Gobierno acepte las demandas de su sector.
El tapiado inicia a las nueve semanas de movilizaciones que realizan los maestros en la ciudad de La Paz, en demanda de más presupuesto e ítems para la educación, además de rechazo a la nueva malla curricular.
La extrema medida de presión es realizada por los ejecutivos Patricio Molina de los valles, Wilfredo Ajllahuanca del occidente y Ludbin Salazar del oriente. La misma se cumple en la federación de maestros de La Paz, donde se construyó pequeños cuartos con paredes de ladrillo.
La tarde de este lunes, Día del Trabajo, los tres dirigentes ingresaron a esos habitáculos, cuyos ingresos fueron cerrados con ladrillos y cemento, dejando una pequeña abertura para el aire y comunicación..
Ajllahuanca aseguró que los maestros no se venderán y que se vieron forzados a radicalizarse ante la falta de atención de las autoridades. Responsabilizó al Gobierno por lo que suceda con las medidas de presión.
Salazar manifestó que es un honor ingresar a la medida de presión y manifestó su esperanza de que el Gobierno se sensibilice con este suceso. Dijo que están dispuestos a ofrendar su vida porque su causa es justa.
Molina pidió al magisterio mantener la unidad, porque es la reserva moral del sindicalismo actualmente.
«Es lo que nos toca hacer, poner el pecho en esto», agregó, a tiempo de recordar a los otros maestros que fueron afectados durante las movilizaciones y la represión policial.
El vocero del magisterio Rolando Alejo señaló que si las autoridades tienen la voluntad y sensibilidad, las esperarán en la sede de los maestros para las conversaciones.