El Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos (SGC) devolvió a 67 balseros a Cuba en los últimos dos días, informó este viernes el Ministerio del Interior (Minint).
Estos migrantes irregulares -50 hombres y 17 mujeres- fueron retornados en dos operaciones realizadas por el SGC de EEUU los días 23 y 24 de febrero, a través del Puerto de Orozco (Bahía Honda), en la provincia occidental Artemisa, detalló una nota del Minint.
Además indicó que la mayoría de los integrantes de este grupo de balseros residen en las provincias de Matanzas (este) y Villa Clara (centro) que intentaron llegar a territorio estadounidense a través de siete salidas ilegales por vía marítima.
El pasado lunes, el Gobierno de Estados Unidos deportó a Cuba a otros 31 balseros que intentaron llegar al país norteamericano.
Con estas recientes deportaciones suman 2.367 los migrantes irregulares desde varios países en lo que va de 2023.
Cuba sostiene que mantiene su compromiso «con una migración regular, segura y ordenada» e insiste en «el peligro y condiciones de riesgo para la vida que representan las salidas ilegales del país por mar».
Desde hace varios meses, EEUU ha visto en su frontera sur números récord de migrantes que tratan de cruzar irregularmente motivados, en su mayor parte, por un nuevo éxodo migratorio sin precedentes desde Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En el caso de Cuba, un total de 224.607 ciudadanos llegaron a la frontera sur estadounidense en el año fiscal 2022 -entre el 1 de octubre de 2021 y el 30 de septiembre de 2022-, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de dicha nación.
Desde el pasado 1 de octubre -que marca el comienzo del actual año fiscal-, las tripulaciones de la Guardia Costera estadounidense han interceptado 5.740 cubanos, de acuerdo con sus estadísticas.
El Gobierno de Washington implementó a inicios de 2023 una política para acoger a 30.000 migrantes mensuales de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua.
En paralelo, expulsará de inmediato a México a los indocumentados de esos países que intenten cruzar a su territorio de manera irregular.
México, por su parte, aceptó admitir a 30.000 migrantes al mes que sean expulsados de territorio estadounidense.