El Congreso de Estados Unidos ultima detalles del presupuesto de la NASA para el próximo año fiscal, y pretende ampliar el financiamiento del programa Artemis y el cohete SLS, pese a las críticas por su ya brutal coste.
El programa Artemis es una iniciativa clave para llevar astronautas nuevamente a la Luna, pero sus retrasos y elevados costes han generado fuertes críticas en el último tiempo. Sin embargo, el Congreso de Estados Unidos está dispuesto a darle un nuevo empujón presupuestario durante el próximo año fiscal.
Según recoge TechCrunch, los Comités de Asignaciones del Senado y la Cámara de Representantes proponen que la NASA reciba unos 25.000 millones de dólares en financiamiento durante el año fiscal 2024.
Esto no representa una modificación en comparación con el año en curso, donde se le adjudicó una cifra similar. Pero si bien el presupuesto general no cambiará, sí se incrementarán las partidas económicas destinadas al programa Artemis y sus plataformas clave: el cohete SLS y la nave Orión.
El presupuesto del programa Artemis en 2024 sería de entre 7.700 y 7.900 millones de dólares, dependiendo del Comité. Esto se traduciría en un incremento estimado de 440 millones de dólares en comparación con los fondos recibidos en el año fiscal 2023.
La intención del Congreso de Estados Unidos ya está generando controversia, incluso dentro de la misma NASA. Si el presupuesto general no aumenta, pero se destina más dinero a Artemis, es porque piensan recortarlo de otras áreas o programas. Y el sector que recibirá el impacto será el de las misiones científicas, cuya partida presupuestaria para el nuevo año fiscal se estima unos 410 millones de dólares más pequeña que la actual.
El programa Artemis infla su presupuesto para el año fiscal 2024
Las propuestas de los Comités de Asignaciones del Senado y la Cámara de Representantes dejan en claro que el programa Artemis goza de gran apoyo del Congreso estadounidense. Una muestra de respaldo que llega apenas un par de meses después de la fuerte controversia por los resultados de una auditoría interna de la NASA.
A fines de mayo, la Oficina del Inspector General de la agencia espacial estadounidense reveló que el desarrollo del cohete SLS acumula más de 6 años de retrasos. Además, ya ha costado unos 6.000 millones de dólares más que lo originalmente presupuestado. De acuerdo con los auditores, uno de los mayores errores de la NASA fue inclinarse por adaptar tecnología antigua —como los viejos motores del Transbordador Espacial—, en lugar de desarrollar un nuevo sistema de lanzamiento desde cero.
Además, se han presentado cuestionamientos a decisiones burocráticas y administrativas. Desde la implementación de un sistema de contratos de coste adicional, en lugar de una estructura de precios fijos, hasta la falta de adecuado control sobre los vínculos con empresas contratistas. Y si bien esto no representa una amenaza inmediata para las misiones del programa Artemis, sí ha caldeado los ánimos dentro de la NASA.
Un desafío científico, tecnológico y económico
El regreso a la Luna ha demostrado hasta aquí no solo ser un desafío científico y tecnológico, sino también económico. Se estima que para el año fiscal 2025, cuando los astronautas vuelvan a pisar la superficie lunar, Estados Unidos habrá destinado más de 93.000 millones de dólares al programa Artemis, tomando 2012 como punto de partida para el cálculo.
Sin lugar a dudas, el cohete SLS ha sido hasta aquí lo más costoso del proyecto. Hasta 2022, inclusive, se destinaron casi 24.000 millones de dólares para su desarrollo y puesta en funcionamiento. Y al tratarse de un vehículo no reutilizable, todo apunta a que la NASA deberá destinar otros varios miles de millones de dólares en los años por venir. La próxima gran misión del programa será Artemis II, que de no mediar inconvenientes se concretará en la primavera de 2024.