¿Doble moral? Devoción a la virgen vs. distorsión de danzas y excesos en el Carnaval orureño

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En los últimos días se desató una controversia por el rechazo del presidente de la Asociación de Conjuntos Folclóricos de Oruro (Acfo), Jacinto Quispaya, a la participación de los famosos “incas” Franco de la Cuenca y Alejandro Ledezma en el Carnaval orureño. Para Quispaya, la entrada tiene «connotación religiosa y devocional a la virgen» y por ello, no consideran a figuras públicas. Además, dijo que hubo una distorsión en la esencia de la danza en el que participó la pareja durante el Gran Poder.

¿Doble moral? Para la historiadora Sayuri Loza, todo apunta que sí. Considera que “así somos los bolivianos, somos muy de rasgarse las vestiduras en cuestiones que no tienen sentido, pero en las cuestiones más importantes nos hacemos a la gallinita ciega, cerramos los ojos”.

La historiadora explica que en 1.904 y 1.906, el municipio de Oruro demandó que los bailarines participen de la entrada del Carnaval sin estar ebrios y con vestimenta decente, es decir, sin mostrar desnudez por fe y respeto a la Virgen del Socavón, pero con los años, esto cambió.

“El problema es que con los años y la modernidad poco se ha respetado  esto, vemos en el Carnaval de Oruro escotes, minifaldas, que en lo personal está bien, porque ya somos una sociedad muy sexualizada, es inevitable por desgracia y aunque se ha tratado de normar no se logra”, expone Loza a Urgente.bo.

Explica que no hay una concordancia entre las reglas y lo que ocurre; por ello, pese a que no se puede llegar ebrio donde la Virgen, la gente lo hace y no hay sanciones.

“Muchos dicen que aunque el Carnaval de Oruro se ha declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco (el 2008), poco se ha hecho para mejorar las circunstancias de los visitantes, de los niños y de toda la gente que quiere disfrutar de este despliegue”, menciona.

Ironía

La prohibición a la participación de los “incas” en el Carnaval ha desatado comentarios a favor y en contra en redes sociales. La gente considera que muchos también distorsionaron los trajes de las danzas; y cuestionan: si se busca preservar la «connotación religiosa y devocional a la virgen” ¿por qué hay borrachera?

“Saquen también a los hermanos Galán, a las machas de caporal, a las mini polleras que muestran todo, entre otros, estos distorsionan las vestimentas”, opinó una internauta.

“Si realmente bailan por devoción, ¿por qué tanta borrachera? O sea devoción a la virgen o al trago”, mencionó otra persona.

Entonces, para la historiadora, es irónico que los famosos “incas” Franco de la Cuenca y Alejandro Ledezma tengan prohibido su participación en la entrada del Carnaval porque se les acusa de algo que otros también incurren.

“Resulta irónico que se les prohíba el ingreso a los incas (…) se habla de que son impúdicos, si vemos la entrada, hemos visto la comparsa de tobas el año pasado, ya básicamente las chicas están en traje de baño y no ha habido sanción”, menciona.

Otro reclamo que Quispaya hizo a Alejandro y Franco es que habrían distorsionado el traje típico del inca en la entrada del Gran Poder. Aunque para la historiadora, esto tiene algo de cierto,  destaca que no se hizo saber lo mismo sobre los trajes ajustados de las ñustas o la pollera en la misma danza.

“¿Cómo vamos a hablar de la pollera si en el incario no existía la pollera? Ya hay distorsión en la danza misma porque así son los tiempos y así es la cultura (…) decirles cosas como que ˈno tienen feˈ, ˈno están a la alturaˈ me parece una exageración y por desgracia muestra la incapacidad que tienen de comunicar la Federación de Conjuntos Folclóricos (…) demuestra la falta de organización que existe en el Carnaval de Oruro, que es un orgullo nacional”, cuestiona.

Analiza que la gente que tiene fe y devoción en el Carnaval lo demuestra  sin excesos de alcohol, respeta el recinto sagrado donde está la virgen, no es violenta, baila con energía, se alista para la cita y cumple con las reglas.

“Hay esa doble moral, creo yo, que el Carnaval de Oruro no aprende a equilibrar y no busca una mejor forma de juzgar, de manejar su institucionalidad va a ser siempre cuestionado y criticado, no está manejando bien”, puntualiza.


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