A pesar de ello, conserva su lugar como una de las economías más fuertes del mundo
Durante septiembre de 2022 la deuda pública en Japón alcanzó los 9 mil millones de dólares, cifra que se traduce en el 266% de su producto interno bruto (PIB), convirtiéndose en la nación con la mayor deuda pública dentro de las principales economías, además de que dicha cifra continuará incrementando.
La razón principal por la que se incrementó su deuda en esa magnitud es que Japón ha impulsado su gasto interno desde hace muchos años para así poder mantener una economía estable y por su parte, el sector empresarial y los ciudadanos en general, se mantienen renuentes al consumismo excesivo, por lo que el gobierno gasta en lugar de ellos.
Otra causa que tiene que ver con aspectos demográficos es la cantidad de ahorros que generan los japoneses, derivado de la cada vez más amplia longevidad de sus habitantes, esto en parte para poder aliviar la incertidumbre de no contar con ingresos económicos a una edad avanzada. La longevidad también aumenta los costos del gobierno en seguridad social y atención hospitalaria.
Para tener un parámetro con el cual comparar la deuda pública de Japón, la BBC tomó como ejemplo a Estados Unidos, que cuenta con una deuda pública de 31 mil millones de dólares de dólares, sin embargo, se toman en cuenta las dimensiones demográficas también, y esta cifra solo equivale al 98% del producto interno bruto estadounidense, a diferencia de los 9 mil millones de dólares de la deuda japonesa, equivalente al 266% de su PIB.
A pesar de la dimensión de su deuda, inversionistas de todo el mundo siguen haciendo préstamos a Japón
Lo que puede parecer una ironía, es que Japón sigue recibiendo préstamos, estos mediante compras a su deuda. Fue en los años 90 cuando su deuda pública empezó a crecer exponencialmente, por lo que la tasa de crecimiento cayó de igual forma, lo que obligó al gobierno a reducir sus ingresos.
Una década después, la deuda de Japón superaba el 100%, y para la siguiente, la deuda se volvió a duplicar, es decir, para 2010, por lo que crearon estímulos, los cuales solo se incrementaron durante la recesión en 2008, las catástrofes del terremoto y tsunami en 2011 y la pandemia de Covid-19 del 2020 al 2022, de acuerdo con la BBC.
No solo se generaron los estímulos, sino que también tuvieron que vender bonos para poder financiar gastos como educación y salubridad, con estos, ubicaron su deuda pública en el mercado internacional, bajo la premisa de un retorno total al inversor, pero con un extra. Así, los inversores “prestan” dinero al país mediante la compra de bonos, acción que les brinda un lugar seguro para mantener dicho dinero.
De acuerdo con expertos, otra estrategia del gobierno nipón es lograr mantener muy baja la rentabilidad de estos bonos pero que el mercado confíe mucho en ellos, para así pagarle poco a los inversores, quienes prefieren la estabilidad a la rentabilidad, además de manejar la mayoría de la deuda en moneda nacional y no exponerse a la inestabilidad del mercado internacional.
Por último, un punto clave que controla el estado es que el 90% de su deuda pública se mantiene dentro de Japón, en manos de inversionistas connacionales y del Banco de Japón, limitando la deuda que existe en poder de naciones extranjeras. Esto se hace con el objetivo de monetizar el déficit del gobierno y mantener bajos los tipos de interés.