Advierten que la designación de los jefes militares por simpatía política afecta a la imagen de las Fuerzas Armadas
Falta de supervisión, práctica y medidas de seguridad forman parte de las siete omisiones que identificó el militar en retiro Jorge Santistevan en los ejercicios de demostración, donde dos cadetes de cuarto año del Colegio Militar Gualberto Villarroel resultaron gravemente heridos.
“¿Cuáles son las funciones que tiene un jefe desde el comando general del Ejército? asesoramiento, planificación, supervisión, control y coordinación, pero no lo hicieron desde los más altos niveles. Esto no solo va a develar fallas en el tema técnico, sino también va a develar la mala administración del personal en la asignación de los destinos, en institutos y en unidades especialidades donde debe ir personal capacitado y no por compadrerío”, dijo a la ANF Santistevan.
Durante una demostración de ejercicios por el aniversario del Colegio Militar, que se realizó el martes, dos cadetes se lanzaron, casi de forma simultánea, de una torre de 22 metros de altura, aproximadamente, con el fin de ejecutar el “salto de la muerte”. Los jóvenes se encuentran internados en terapia intensiva, en la Clínica del Sur.
Las omisiones
El militar en retiro explicó que una comisión técnica del Comando General del Ejército debió aprobar la ejecución del ejercicio de alto riesgo. Además, realizar una supervisión de la actividad. Dijo que eso está a cargo del comandante de esa repartición.
En la ejecución del ejercicio, Santistevan dijo que en la torre no existía un militar que supervise que los cadetes tengan todos los implementos de seguridad, además que, a la hora de lanzarse, lo hagan de la forma correcta.
Los cadetes debieron contar con dos mosquetones (ganchos que sirven para sujetar cuerdas) uno rectangular y otro en forma de ocho, donde se coloca la cuerda que está sujetada en el hombro. Recordó que este procedimiento debe estar bajo la supervisión de un instructor.
A la vez, señaló que se usan dos cuerdas, una estática y la otra dinámica, con una elasticidad de al menos un metro y medio, que permita deslizar al militar que ejecuta el ejercicio. Ambas sogas permiten que el cuerpo se deslice correctamente y se detenga tres metros antes de llegar al piso.
“El otro elemento de error, no pusieron un instructor de seguridad que pudiera ayudar a frenar al cadete que estaba en descenso, no pudo frenar por la velocidad en que estaba cayendo, pero si se hubiera contado con un instructor hubiera podido jalar la cuerda hacia abajo y esto permitía frenar la caída”, explicó.
En ese contexto, el abogado y militar en retiro, Omar Durán dijo que las colchonetas no se encontraban en el lugar exacto para amortiguar la caída de los cadetes, además que no eran los adecuados.
A la vez, dijo que el ejercicio no debió ser ejecutado por cadetes, sino por oficiales egresados y con experiencia, tomando en cuenta los riesgos que tiene ejecutar esos ejercicios. Advirtió que el plan de operaciones fue improvisado y las autoridades militares que aprobaron el mismo deben ser responsabilizados.
Finalmente, aseveró que los comandantes de las Fuerzas Amadas, Hugo Arandia, y del Ejército, Juan José Zúñiga, en actitudes “indolentes”, incurrieron en omisión de socorro porque no actuaron de forma oportuna para auxiliar a las víctimas.
Declaraciones
De acuerdo con el reporte policial, hasta el momento declararon ante la comisión de fiscales ocho personas, cinco cadetes en calidad de testigos y tres instructores, mismos que aportarán a la investigación que se abrió de oficio. Se prevé que en los próximos días se convoque a los jefes militares del Comando del Ejército y del Colegio Militar (Colmil).