En La Quiaca, del lado argentino, comenzó el agio y la especulación por el incremento de precios, ocultamiento de productos y el cierre de todas las tiendas, según personas consultadas
«Mucha gente se compró pesos argentinos creyendo que subiría, pero ahora no saben qué hacer. Es un caos en este momento«, afirmó Ángel Robles, profesor en Villazón.
Según Robles, en La Quiaca, del lado argentino, comenzó el agio y la especulación por el incremento de precios, ocultamiento de productos y el cierre de todas las tiendas.
En Bermejo, en la frontera con Aguas Blancas, predomina una situación similar debido a que se registraron filas en las casas de cambio para vender billetes de la depreciada moneda argentina.
El secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores Gremiales de Bermejo, Freddy Rueda, dijo que la devaluación del peso argentino genera incertidumbre y una abrupta disminución de las ventas en el sector. «Nos afecta porque el comercio mueve la economía en Bermejo. Hay muchas tiendas que están cerradas y no quieren vender su mercadería por el riesgo de perder», expresó.
La segunda devaluación del peso argentino se produjo en menos de una semana luego de la posesión de la ministra de Economía, Silvina Batakis, en sustitución de Martin Maximiliano Guzmán que dimitió al cargo.
El analista y economista, Daniel Montamat, mencionó que en su país solo queda por erradicar la inflación crónica y dejar de financiar el déficit fiscal con emisión monetaria porque imponen cíclicas y traumáticas devaluaciones.
A su criterio, con estas medidas, el valor adquisitivo del peso argentino se mantiene y recupera su confianza en la economía de Argentina.
El peso argentino es una de las monedas que más se depreció frente al dólar estadounidense desde finales de 2019 junto al Bolívar venezolano y monedas de Libia, Sudán y Siria.