La esposa de un privado de libertad de la cárcel de San Pedro, quien recientemente sufrió una golpiza, denunció las prácticas irregulares que existen dentro de ese penal, en cuanto a la comercialización de celdas, además de presuntos hechos de corrupción que involucrarían incluso a policías.
La mujer dijo que ha callado mucho tiempo, a pesar de los maltratos que sufría su esposo. Ahora rompe el silencio después de que su familiar sufrió la golpiza en el penal y tuvo que ser atendido médicamente.
Contó que, cuando su familiar entró a la cárcel, tuvo que pagar unos 4 mil bolivianos, de los cuales 3.500 eran por el “derecho de piso” para garantizar su seguridad en la sección “Guanay”, 300 para que lo saquen del sector “Grulla” y 200 para incorporarlo en una lista.
Señaló que el “alquiler” de una celda está en 300 bolivianos y que la adquisición cuesta de 12 mil a 15 mil bolivianos. Aunque, según afirmó, la persona que adquiere el ambiente debe arreglarlo e instalar la electricidad.
Si bien ella no tiene un documento que respalde esa transacción, aseguró que otras personas tienen “recibos” y que incluso se hace el traspaso de nombre de la celda.
La mujer aseveró que dentro de la cárcel existen celulares de alta gama, meten bebidas como Whisky, se permite que mujeres que queden a dormir mediante cobros de 200 a 300 bolivianos por persona.
Aseveró que las cámaras están de “pinta”, porque no existe un control efectivo al respecto.
Señaló que también hay cobros de mil o dos mil bolivianos para evitar sanciones en el sector “Muralla”. La mujer dijo que oficiales de turno también recibirían parte de los pagos.
Acusó al delegado de la sección Guanay, conocido como “Kiwi” por articular estas irregularidades.
La mujer dijo que cuando fue a hacer el reclamo ante el director del penal, éste le respondió: “sabe qué señora, así es la cárcel y no podemos hacer nada, la cárcel es la cárcel”.