Un jesuita español ya fallecido fue denunciado ante la justicia boliviana por presuntamente haber abusado de un menor hace tres décadas, en el último caso de acusaciones de pederastia clerical que han sacudido a esa orden religiosa en el país andino.
La orden de los jesuitas informó en un comunicado que el sacerdote Jorge Vila Despujol, quien murió en Barcelona en 2012, fue formalmente denunciado hace unos días por una persona que dijo haber sido víctima de toques impúdicos cuando tenía 13 años. La orden mantuvo en reserva el nombre del denunciante.
Vila Despujol fundó hace décadas la organización Defensa de Niñas y Niños Internacional en Bolivia (DNI-Bolivia), con la cual promovía los derechos de los menores. La organización sigue activa y en un comunicado condenó «enfáticamente» todo tipo de abuso al tiempo que solicitó que se condene a todos los responsables y encubridores. A su vez convocó a otras víctimas a denunciar ante la Fiscalía.
Los jesuitas en Bolivia han sido blanco de críticas desde que el periódico español El País publicó hace unas semanas extractos de un diario del sacerdote Alfonso Pedrajas en el que reconocía al menos 85 abusos contra menores en las décadas de 1970 y 1980 en internados católicos.
Las revelaciones sobre Pedrajas, un jesuita español que falleció en 2009, destaparon otros abusos de sacerdotes en el país y la Fiscalía convocó a las víctimas a hacer las denuncias bajo la promesa de que mantendrá en reserva sus nombres.
La Procuraduría General, una institución que defiende y representa legalmente al Estado, actúa como denunciante. El procurador Wilfredo Chávez reportó a inicios de esta semana que unos 23 sacerdotes fueron implicados en los casos de pederastia denunciados. En tanto, la Fiscalía de Bolivia en su último informe del 12 de mayo señaló que había recibido al menos ocho denuncias.
La orden de los jesuitas refirió el viernes que una víctima de Pedrajas presentó una denuncia formal el 19 de mayo. Poco antes habían suspendido a ocho superiores de Pedrajas -muchos de los cuales ya no están en funciones o han fallecido- por presunto encubrimiento.
Sobre la denuncia contra Vila Despujol, los jesuitas sólo señalaron que la víctima recibe el acompañamiento psicológico de la orden. El abuso lo habría cometido cuando estaba en una institución educativa en la región central de Cochabamba, aunque no dieron más detalles.
El escándalo por las denuncias de abuso a menores coincidió con la visita al país de Jordi Bertomeu, uno de los principales investigadores del Vaticano sobre delitos sexuales. La Conferencia Episcopal de Bolivia informó que Bertomeu llegó a dar pautas «sobre cómo se puede manejar el asunto, escuchar y apoyar a las víctimas», señaló el secretario de la Conferencia, monseñor Giovani Arana.
En tanto, la Iglesia católica boliviana reconoció el miércoles que fue «sorda a los sufrimientos» de las víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes y se comprometió a «buscar la reparación de las víctimas».
Antes, los jesuitas habían pedido perdón a las víctimas y se habían comprometido a apoyar la investigación.
Las denuncias también incluyeron a un ex párroco del sur del país, no relacionado con los jesuitas, que fue enviado a prisión preventiva acusado de haber abusado sexualmente de un seminarista. La Fiscalía informó que por el caso se ha imputado al exsacerdote Garvin Grech por el presunto encubrimiento de su colega. Días antes la policía informó que Grech escapó del país rumbo a Argentina. Grech ya era investigado por acoso y desvío de fondos destinados a los pobres.
Por su parte, el gobierno boliviano ha pedido al papa Francisco mediante una carta la apertura de archivos sobre abusos sexuales y la revisión de antecedentes de los religiosos extranjeros.