Los giros de guion han marcado la semana y han descolocado a los principales voceros del oficialismo masista, que habían afilado armas para la “guerra”. Mientras, Arce volvió a aislar a Camacho del debate
Semana de endiablados giros de guion en relatos precisamente muy instalados: Evo Morales y Luis Arce a las risas en el Chapare después de haberse declarado formalmente la guerra; la vicegobernadora de Tarija, Maya Soruco, tendiendo la mano a la nueva directiva de la Asamblea mientras sus correligionarios exigen el curul por traición y el propio gobernador Oscar Montes tildando de “héroes” a los senadores que tomaron el poder en 2019 después de la renuncia del Presidente cuando parecía que había optado por el perfil bajo de la “coordinación”. Probablemente todo está conectado.
Lo del encuentro de Arce y Morales en la testera de la clausura de los Plurinacionales fue tan convincente que hasta los principales artilleros tuvieron que replegar velas: del lado de Morales el senador Leonardo Loza negó las heridas de la reposesión de Eduardo del Castillo en el Ministerio de Gobierno asegurando que “nunca hubo pelea” y que simplemente son un poco críticos con la corrupción, mientras que del lado de Arce volvieron al silencio los cuadros que habían empezado a desvelar algunos detalles de los hechos de 2019, como que fue Evo Morales quien instruyó a los más leales de las organizaciones sociales que pidieran su renuncia en un movimiento similar al ya desvelado sobre los parlamentarios, a quienes les pidió lo mismo, y que dejan un interrogante muy preciso que hace tambalear el relato: ¿También se lo pidió a Williams Kaliman?
Con Evo Morales no parece probable que la simple amenaza de que se posicione una idea de autogolpe le haga cambiar de opinión o de estrategia, así que lo más probable es que Arce haya declinado a buscar la candidatura en 2025 a cambio de que le dejen gobernar tranquilo. Incluso es probable que solo se trate de un movimiento táctico: la pelea ha concentrado de nuevo toda la centralidad en el MAS, pero el desgaste puede pasar factura, sobre todo entre las propias bases: ni la Celag, ni la FES, ni siquiera Poder y Placer da buenas perspectivas a ninguno de los dos mientras el MAS siga dividido.
El poder de Arce
Lo cierto es que habrá Congreso del MAS, donde los evistas quieren que simplemente se certifique que Morales es su jefe supremo y por ende, volverá a ser candidato, y los arcistas sueñan con un cambio del tablero que permita profundizar en nuevas ideas.
Arce tiene el poder institucional, lo que ha alineado a los movimientos sociales, pero también a los gobernadores: El jueves siete de los nueve gobernadores asistieron a un Consejo Autonómico especialmente técnico al que no pudo asistir el gobernador cruceño Luis Fernando Camacho pese a tener permiso desde Chochocoro para asistir: Régimen Penitenciario dice que ni siquiera recibió la solicitud para poder realizar el traslado con seguridad.
Si los gobernadores opositores hubieran querido mostrar perfil político podrían haber renunciado a la cumbre, que además ni siquiera trataba de temas importantes como hubiera sido el Pacto Fiscal, pero Arce logró casi un pleno y foto en las escaleras de la Casa Grande del Pueblo, foto que puede sumar a su particular colección de sometidos.
La reacción de Montes
El gobernador de Tarija reaccionó al día siguiente en un particular aniversario de su fuerza política matriz de la alianza Unidos, que es UNIR. Oscar Montes no eludió preguntas y lo mismo que dio por enterrado a Rodrigo Paz tendió la mano a Víctor Hugo Zamora, su sempiterno representante en La Paz y con quien rompió la relación luego de integrarlo en el gabinete de Jeanine Áñez – ni más ni menos que en Hidrocarburos -, al ver la deriva que iban tomando los acontecimientos.
Montes calificó de “héroes” a los senadores que asumieron el poder tras el vacío que dejó la renuncia de Evo, sobre lo que hizo especial énfasis. El paso, aunque tal vez tardío, es importante en tanto es el mismo MAS quien lo está buscando para lograr una mejor “coordinación” que materialice proyectos. O eso decía: los hechos señalan que operaron para cambiar de rumbo la Asamblea, lo que lograron posesionando a Alan Barca como presidente del legislativo y volando por los aires la alianza. La agenda, de momento, ya ha cambiado. O retornado. Los legisladores vuelven a poner sobre la mesa la necesidad de modificar la Ley de proyectos concurrentes con los gobiernos municipales, más conocida como Ley del 1%, para recuperar la figura del débito automático y que en la anterior gestión hizo crepar al gobernador Oliva. No se duda de cuáles son las prioridades en este momento.
El difícil encaje del nuevo MAS en el Chaco
Hace dos décadas en el Chaco el MAS levantó cabeza de la mano de los interculturales y relocalizados que llevaron hasta allí la demanda de regeneración política. Ya con Evo en el poder muchos cuadros de partidos tradicionales se reconvirtieron al oficialismo. Es el caso de Carlos Brú y Rubén Vaca, que controlaron Yacuiba y Villa Montes a su manera integrándose más o menos en la dinámica de partidos.
En la actualidad ambos, signados de evistas, ocupan de nuevo las alcaldías, mientras que José Luis Ábrego y Karen Sánchez, procedentes de la base, están alineados con el Pacto de Unidad y con Luis Arce.
El problema mayor se identifica en Yacuiba, donde Brú acumula ausencias por asuntos personales, mientras que Vaca se mantiene al margen tratando de ordenar los asuntos de Villa Montes.