El mantenimiento de un vehículo eléctrico es más sencillo que el de un coche con motor de combustión, aunque sus averías pueden ser más costosas.
¿Merece la pena comprar un coche eléctrico? Esa es la gran pregunta que se hacen miles de personas cuando se plantean adquirir un vehículo nuevo. En líneas generales, al menos por ahora, el precio de un coche eléctrico es superior al del modelo equivalente con motor de combustión, incluso con las bonificaciones existentes para incentivar su compra, como son las ayudas del Plan MOVES III. Sin embargo, el ahorro derivado de apostar por un coche eléctrico llega después.
Motor
El coche eléctrico tiene una serie de ventajas fiscales que nos permitirá ahorrar en impuestos, además de ofrecernos ventajas de movilidad en las ciudades en las que operan Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Además, el coste de la energía de un vehículo eléctrico es inferior al del Diésel o la gasolina, por lo que la diferencia de precio entre los vehículos eléctricos y con motor de combustión se amortiza año a año. Y llegados a este punto… ¿Qué sucede con el mantenimiento del coche?
Las claves de un vehículo eléctrico
El coche eléctrico ejemplifica la nueva movilidad, la transformación que vive tanto la automoción como la sociedad. Para mal o para bien, la Unión Europea y los Gobiernos han puesto el foco en su expansión y desarrollo, por lo que los fabricantes están apostando de manera firme por los vehículos eléctricos para ajustarse a las normativas de emisiones, cada vez más exigentes. El vehículo eléctrico es presente, incluso si todavía tiene un largo camino por recorrer para igualar la practicidad de los coches convencionales.
A la hora de comprar un vehículo eléctrico hay que tener en cuenta que es hasta un 50% más caro que uno de combustión similar, pero también que a lo largo de su vida esta diferencia se amortiza sobradamente por el ahorro en energía, impuestos y otros gastos asociados. Además, el mantenimiento es, en líneas generales, mucho más económico, incluso si se estira la vida del vehículo eléctrico por encima de los 8 años y requiere una sustitución de ciertos componentes de la batería.
Mantenimiento del motor
El aspecto fundamental de cualquier vehículo es el motor y su mantenimiento un punto clave para alargar su vida útil. En un coche eléctrico no hay diferencia, siendo además uno de los grandes argumentos para su compra. El mantenimiento de un motor eléctrico es mucho más sencillo que el de un motor de combustión de un vehículo convencional. De hecho, se podría decir que el mantenimiento es mínimo y casi se limita a las revisiones pertinentes para evitar cualquier fallo fuera de lo normal.
Por su parte, el mantenimiento de un motor de combustión implica muchos procesos cíclicos. Para su correcto funcionamiento hay que llevar a cabo el cambio de aceite cada 2 años o 30.000 kilómetros, cambios de bujías cada 4 años o 60.000 kilómetros, vigilar el desgaste de la correa de distribución y sustituir cada 6 años o 90.000 kilómetros los filtros existentes -aire, combustible-. Además, el desgaste de todos los componentes en un motor de combustión es mayor por fricción y altas temperaturas, lo que obliga a sustitución de otras piezas de manera habitual.
Mantenimiento de las baterías y cargador
El mantenimiento de las baterías y el cargador debería ser el gran punto añadido para los vehículos eléctricos, pero la realidad es que las baterías no precisan de un mantenimiento específico. La batería suele tener una vida útil por encima de los ocho años, sobre todo si se las recargas de energía se realizan acorde a los consejos del fabricante. Hay marcas que incluso garantizan un número de ciclos de carga que permiten que la sustitución de las baterías se realice pasados 10 años.
Pese a que el mantenimiento anual no es un problema, parece justo incluir el precio de la sustitución de la batería si se produce antes de cambiar el coche. Aunque el precio final de una batería depende de su capacidad energética y del coche para el que está destinada, se podría decir que el precio medio aproximado para sustituir una batería de un coche eléctrico es de 12.000 euros, ya que no se reemplaza el conjunto total, sino sus celdas y otros componentes.
Dónde realizar las revisiones de un coche eléctrico
El resto del mantenimiento de un vehículo eléctrico es prácticamente idéntico al de uno de combustión, incluso en los ciclos o periodos de revisión recomendados. Como es lógico, la sustitución del filtro del polen, el cambio del líquido, pastillas y discos de freno o el cambio de neumáticos se lleva a cabo en plazos similares. Operaciones comunes a cualquier vehículo que se pueden realizar en casa o en cualquier taller de confianza, pero que se recomienda hacer en el taller oficial de la marca.
Al final, las revisiones periódicas sirven para realizar la sustitución de todos estos elementos, pero también para comprobar el correcto funcionamiento del vehículo. En este sentido, los mecánicos de los talleres oficiales tienen un conocimiento específico del tren motriz y de las baterías de los vehículos eléctricos de la marca. Además, realizar el mantenimiento y las revisiones en los talleres oficiales permite tener un libro de mantenimiento que genera más confianza a la hora de tasar el vehículo en una futura venta.
Precio final del mantenimiento de un vehículo eléctrico
Aunque cada vehículo es un mundo, se podría decir que el mantenimiento básico de un coche eléctrico es un 60% inferior al de uno con motor de combustión, cifra que puede variar según modelo. Esto supone que, por ejemplo, para un vehículo con un gasto medio de 500 euros al año en mantenimiento -4.000 euros en un ciclo de vida de 8 años-, el coste de mantenimiento para un vehículo eléctrico será de 200 euros al año, unos 1.600 euros a lo largo de su vida útil.
Como es lógico, estas cifras son orientativas y depende en gran medida del uso que se le dé al vehículo o por el precio fijado por el taller en el que se realiza el mantenimiento. En cualquier caso, parece justo decir que el mantenimiento de un vehículo eléctrico es notablemente más barato que el de un coche con motor de combustión. Otra cuestión es cuando se produce una avería fuera del mantenimiento básico.
Averías habituales del coche eléctrico
En primer término, hay que remarcar que los vehículos eléctricos no sufren más averías que los que puedan sufrir los coches Diésel o de gasolina. De hecho, suele ser todo lo contrario. Los eléctricos sufren menos averías que los vehículos de combustión, pero sí que es cierto que cuando estas se producen el coste sí suele ser más elevado por la complejidad técnica del tren motriz eléctrico y de los sistemas accesorios del vehículo, así como por la especialización de las operaciones para llevar a cabo la reparación.
Entre las averías más comunes de los coches eléctricos está, por encima de todas, las que afectan al puerto de carga. Además, las estadísticas de los fabricantes y talleres señalan que también suelen ser recurrentes las averías en la electrónica del propio vehículo, así como en el sistema de frenada regenerativa que incluyen la mayoría de los vehículos eléctricos. La inusual degradación de las baterías y los problemas con el software también están entre las averías que se suelen repetir entre los coches eléctricos.
Cuánto me ahorro al año con un coche eléctrico
El precio de compra de un coche eléctrico es, de media, un 50% más caro que si se opta por el mismo modelo o uno equivalente con motor de combustión. El desarrollo de la tecnología y la limitada oferta ante una demanda creciente son aspectos que determinan este precio en un mercado que todavía no está lo suficientemente maduro. Incluso con las ayudas estatales, el precio de un vehículo eléctrico es entre 5.000 y 18.000 euros más caro que el de la versión de combustión, según modelo.
Por el contrario, un coche eléctrico consume unos 4 euros de energía por cada 100 kilómetros con la tarifa estándar y sólo 1,6 euros por cada 100 kilómetros si se recarga por la noche. Con una media de 15.000 kilómetros al año, el gasto anual es de entre 240 y 600 euros en energía. Al precio actual del Diésel o de la gasolina -por encima de los 1,60 euros el litro-, el gasto en combustible para un vehículo con un consumo de 5 litros a los 100 kilómetros es de unos 1.200 euros al año.
Al ahorro en energía, de 1.000 euros al año de media, hay que sumar el ahorro en el Impuesto de Matriculación -no tiene-, en la ITV -cuesta la mitad-, en el Impuesto de Circulación -de un 75%- y en aparcamiento. Además, el mantenimiento de un coche eléctrico es más barato, pudiendo suponer un ahorro de hasta 2.500 euros a lo largo de su vida en las operaciones básicas, siempre y cuando el vehículo se reemplace antes de tener que acometer la sustitución de la batería -suele ser a los 8 ó 10 años-. Si tenemos todo esto en cuenta, el ahorro anual es de 1.600 euros, lo que permite amortizar la diferencia de precio con un coche de combustión en un plazo de 3 a 5 años.