Pese a su pequeño tamaño, el kiwi encierra múltiples propiedades que lo convierten en una de las frutas más apreciadas tanto a nivel culinario como nutricional. Es por ello que muchos profesionales de la salud recomiendan incluir esta fruta en la dieta diaria y aprovechar así al máximo los beneficios que aporta su ingesta para la salud.
Su intenso sabor se acompaña de unas calorías relativamente bajas: 61 por cada 100 gramos, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). Esto lo convierte en un alimento ideal para aquellas personas preocupadas por su ingesta calórica. El kiwi también ofrece numerosos beneficios para la salud debido a su alta concentración de fibra, vitamina C, antioxidantes y otros nutrientes esenciales.
Beneficios para la salud del kiwi
El alto contenido de fibra del kiwi tiene un impacto positivo en la salud digestiva. La fibra soluble ayuda a mejorar el tránsito intestinal, previniendo el estreñimiento y promoviendo la regularidad. Por otro lado, la fibra insoluble actúa como un agente de limpieza en el tracto digestivo, lo que contribuye a mantener el colon saludable.
Incluir kiwi en la dieta también puede ser beneficioso para las personas que sufren de trastornos digestivos, como el síndrome del intestino irritable (SII). Diferentes estudios han demostrado que el kiwi tiene un efecto positivo en el alivio de los síntomas del SII, ya que mejora la función intestinal y reduce la hinchazón y el malestar.
El colágeno es una proteína estructural clave que mantiene la piel firme, las articulaciones flexibles y los vasos sanguíneos sanos. La vitamina C es esencial para la producción de colágeno, y dado el alto contenido de esta vitamina en el kiwi, el consumo regular de esta fruta puede apoyar la salud de la piel, mantener la elasticidad y ayudar a prevenir el envejecimiento prematuro.
El kiwi es una fruta rica en potasio, un mineral que juega un papel crucial en el control de la presión arterial. El potasio ayuda a equilibrar los efectos del sodio en el cuerpo, lo que puede reducir la presión arterial y disminuir el riesgo de sufrir hipertensión. Así, un consumo adecuado de este mineral puede ser una estrategia eficaz para prevenir problemas cardíacos como el infarto y el accidente cerebrovascular.