Crece el temor de un estancamiento económico global por la inflación

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La economía mundial parece cada vez más propensa a entrar en una grave desaceleración, justo cuando los bancos centrales revierten agresivamente la política monetaria ultraexpansiva adoptada durante la pandemia para apoyar el crecimiento.

La economía mundial parece cada vez más propensa a entrar en una grave desaceleración, justo cuando los bancos centrales revierten agresivamente la política monetaria ultraexpansiva adoptada durante la pandemia para apoyar el crecimiento, mostraron los datos el viernes.

Mientras tanto, los estrictos confinamientos en China por el COVID-19 y la invasión de Rusia a Ucrania han dañado aún más las cadenas de suministro mundiales que aún no se habían recuperado de la pandemia.

«Hemos tenido un aumento masivo de los precios mundiales de la energía y los alimentos, y eso está afectando a la renta disponible de los consumidores y obligándoles a recortar el gasto», dijo Samuel Tombs, de Pantheon Macroeconomics.

«Sin embargo, se trata de una desaceleración bastante gradual y no nos estamos precipitando hacia una recesión».

La actividad empresarial de la zona euro se contrajo inesperadamente este mes debido a la aceleración de la caída del sector manufacturero y a la casi paralización del crecimiento del sector de los servicios, ya que el aumento de los costos empujó a los consumidores a recortar sus gastos, según una encuesta.

El Índice Compuesto de Gestores de Compras (PMI) de S&P Global, considerado un buen indicador de la salud económica general, cayó a 49,4 en julio desde los 52,0 de junio, muy por debajo de todas las previsiones de un sondeo de Reuters que había pronosticado una caída más modesta hasta los 51,0.

Una lectura por debajo de 50 indica una contracción en la actividad y la cifra preliminar de julio fue la más baja desde febrero de 2021.

Las empresas de toda la zona euro siguieron informando de crecientes presiones inflacionarias y de una aceleración del crecimiento salarial, incluso cuando las perspectivas de crecimiento general se vuelven cada vez más turbias, dijo el viernes el Banco Central Europeo, basándose en una encuesta realizada a 71 grandes empresas.

La inflación en la unión monetaria fue del 8,6% el mes pasado, según los datos oficiales, y el jueves el BCE subió las tasas de interés más de lo previsto, confirmando que la preocupación por una inflación galopante se impone ahora a las consideraciones de crecimiento.

Se prevé que la Reserva Federal de Estados Unidos, que lucha contra una inflación que ha alcanzado su punto más alto en 40 años, suba de nuevo las tasas de interés en 75 puntos básicos en su reunión de la próxima semana.

El sondeo de Reuters arrojó una probabilidad media del 40% de que se produzca una recesión en Estados Unidos durante el próximo año y del 50% dentro de dos años, lo que supone una mejora significativa con respecto a la encuesta de junio.

China y Japón siguen siendo excepciones al mantener una política monetaria expansiva, señal de que sus economías -la segunda y tercera del mundo- carecen de fuerza para compensar la debilidad de otras partes del globo.

DESACELERACIÓN EN CHINA

La preocupación por la ralentización mundial ensombrece las perspectivas de recuperación de Asia, ya que el crecimiento de la actividad manufacturera se ha desacelerado en Japón y Australia, lo que mantiene la presión sobre las autoridades para que apoyen sus economías al tiempo que endurecen la política monetaria para combatir la inflación.

La actividad manufacturera de Japón creció en julio al ritmo más lento de los últimos 10 meses, mostró el viernes su encuesta PMI, lo que es un mal presagio para una economía que lucha por sacudirse las heridas de la pandemia.

«Los PMI de julio sugieren que el sector manufacturero se está desacelerando a medida que la demanda se debilita, mientras que la más reciente ola de COVID-19 está empezando a afectar al sector de los servicios», dijo Marcel Thieliant, economista senior de Japón en Capital Economics, sobre los PMI de Japón.

La actividad de las fábricas también se desaceleró en Australia, con un índice que cayó a 55,7 en julio, frente a los 56,2 de junio, mostró una encuesta independiente el viernes.

El crecimiento económico de China se ralentizó bruscamente en el segundo trimestre, lastrado por los confinamientos generalizados por el COVID y apuntando a una presión persistente en los próximos meses por el oscurecimiento de las perspectivas mundiales.

La desaceleración de la segunda economía del mundo, así como las consecuencias del agresivo endurecimiento de los bancos centrales, obligaron el jueves al Banco Asiático de Desarrollo a recortar su previsión de crecimiento para la región.


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