La remoción del presidente surcoreano Yoon Suk Yeol desata incertidumbre política interna y geopolítica en un Asia Pacífico cada vez más tenso.
Un terremoto político en Seúl
La destitución del presidente surcoreano Yoon Suk Yeol, acusado de insurrección tras declarar la ley marcial en diciembre de 2024, ha desencadenado una crisis política en Corea del Sur. Con un juicio pendiente en el Tribunal Constitucional y una posible investigación criminal en curso, el país enfrenta un vacío de poder en un momento crítico para la estabilidad regional.
El primer ministro Han Duck-soo asumirá la presidencia de forma interina, pero su falta de mandato popular y la polarización en la Asamblea Nacional auguran un periodo de incertidumbre política. Si el tribunal confirma la destitución, Corea del Sur se verá obligada a convocar elecciones en un plazo de dos meses, intensificando aún más la volatilidad política.
La geopolítica entra en juego: Rusia y Corea del Norte
Destituyen al presidente de Corea del Sur
El Parlamento surcoreano destituyó al presidente Yoon Suk Yeol por su intento de imponer la ley marcial a comienzos de diciembre.
Yoon queda suspendido, a la espera de que la Corte Constitucional valide o no su destitución.1. La nueva alianza Moscú-Pyongyang
En medio de su aislamiento global por la guerra en Ucrania, Rusia ha encontrado en Corea del Norte un aliado estratégico. En junio, ambos países firmaron un acuerdo de cooperación militar, incluyendo el envío de tropas norcoreanas a Ucrania. Este movimiento no solo fortalece la posición de Moscú, sino que también da a Pyongyang una ventaja en sus propios intereses estratégicos.
Con 1.3 millones de tropas activas, Corea del Norte tiene la capacidad de proporcionar apoyo militar significativo a Rusia, mientras asegura compromisos de defensa mutua. Esto podría complicar las relaciones internacionales y la estabilidad en la península coreana.
2. Impacto en la península coreana
La colaboración de Corea del Norte con Rusia también refuerza su programa nuclear, considerado vital para su seguridad nacional. Kim Jong-un podría aprovechar esta alianza para obtener tecnología y recursos que impulsen sus misiles balísticos y vehículos de transporte nuclear, consolidando aún más su estatus como potencia atómica.
La política de Trump: Una nueva amenaza para Asia Pacífico
El posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca plantea preguntas incómodas para la estabilidad regional. Su enfoque aislacionista podría debilitar las alianzas trilaterales entre Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, cuidadosamente construidas durante la administración Biden.
1. Negociaciones con Corea del Norte
Trump ha indicado su disposición a aceptar la nuclearización de Corea del Norte como un hecho consumado. Esto podría legitimar a Pyongyang, socavando décadas de esfuerzos internacionales para desnuclearizar la península.
2. Amenazas al pacto de defensa entre Seúl y Washington
Durante su primer mandato, Trump amenazó con retirar tropas estadounidenses de Corea del Sur a menos que Seúl aumentara su contribución financiera. Su regreso podría poner en peligro el compromiso militar de Estados Unidos en la región, en un momento en que la amenaza de Pyongyang está en su punto más alto.
El vacío de liderazgo en Corea del Sur
Bajo la administración de Yoon, Corea del Sur adoptó una postura firme contra Corea del Norte y fortaleció sus relaciones con Estados Unidos y Japón. Sin embargo, su destitución deja un vacío de liderazgo que podría alterar esta dinámica.
El período interino liderado por Han Duck-soo no tiene garantías de continuidad, especialmente si las elecciones resultan en un gobierno menos comprometido con la cooperación trilateral. Esta incertidumbre debilita la capacidad de Corea del Sur para responder a desafíos geopolíticos clave en Asia Pacífico.
¿Qué sigue para Corea del Sur y la región?
La destitución de Yoon Suk Yeol no solo afecta a Corea del Sur internamente, sino que también tiene profundas implicaciones internacionales. En un momento en que las tensiones con Corea del Norte, Rusia y China están en su punto más alto, la inestabilidad política en Seúl añade un nuevo nivel de complejidad a la seguridad regional.
Es crucial que Estados Unidos, Japón y Corea del Sur mantengan una estrecha cooperación para contrarrestar estas amenazas y asegurar la estabilidad en Asia Pacífico. Sin embargo, el futuro de esta alianza dependerá en gran medida de los resultados políticos en Seúl y Washington en los próximos meses.