La producción diaria de leche cruda en Cochabamba era de 500 mil litros en 2015; en 2022 cayó a 280 mil y este año sólo se produce unos 300 mil. El sector decrece porque es golpeado por los bajos precios, el avance de la mancha urbana, el contrabando, la elevación del precio de los insumos, la sequía y otros.
El presidente de la Asociación de Criadores de Ganado Holstein de Bolivia (Acrhobol), Orlando Vallejos, indicó que, si esta situación continúa, la producción lechera desaparecerá en Cochabamba en unos cuantos años más.
Añadió que este último año los insumos, como la cascarilla y torta de soya, subieron de precio. A eso se suma que la sequía provocó la caída de la producción de forraje, por lo que el sector compra rollos de pasto de Santa Cruz.
Todo esto eleva el costo de producción de leche a casi 4 bolivianos el litro, pero la empresa PIL paga a los productores 3,20 bolivianos, de modo que la producción de leche ya no es rentable para el sector.
“Producir un litro de leche cuesta casi 4 bolivianos, estamos trabajando a pérdida, subvencionado el precio de la leche. El futuro de los lecheros es bastante deprimente, vamos de mal a peor y no hay políticas de apoyo de Gobierno”, dijo.
En 2015 existían en Cochabamba 30 mil vacas en ordeño; en 2022 la cifra cayó a 23 mil. Al no ser rentable el negocio, las vacas son sacrificadas para el aprovechamiento de su carne.
En el departamento existían 3.700 productores de leche en 2015, en 2022 la cantidad se redujo a 3 mil y este año se estima que esa cifra se bajará en 10 por ciento.
El 85 por ciento de los productores de Cochabamba entregan su producto a PIL.
De los 3 mil productores, más del 50 por ciento son pequeños, pues entregan a PIL menos de 100 litros al día; sólo seis son grandes productores, con entregas de más de mil litros diarios; el resto entrega entre 100 a 500 litros diarios.
Sólo en la región metropolitana, que abarca de Sipe a Sacaba, desde 2015 a la fecha, la mancha urbana se amplió en 5 mil hectáreas, de acuerdo a reportes oficiales. Esto ha causado que los productores de leche sean desplazados a zonas alejadas, donde no hay agua para el ganado.
“Estamos siendo arrinconados a las alturas, a lugares no aptos para cultivar, no hay agua, solo estamos con lluvias. Se está especulando mucho con el suelo, las áreas agrícolas se urbanizan. Con todo esto se pierde el material genético de alta calidad, se trajo semen de Estados Unidos, Canadá y Europa”, explicó Vallejos.
El contrabando es otro factor devastador debido a que la leche en polvo nacional se vende a 36 bolivianos el kilo, pero el producto de contrabando tiene un costo de 26 bolivianos.
“No hay mercado por el contrabando, las vacas deben sacrificarse, no podemos entregar toda la leche que producimos a PIL, venderla en el mercado es un problema, necesariamente debíamos reducir. Todas las condiciones son adversas, lo único que nos favorece el clima”, explicó.
El clima templado de Cochabamba es ideal para la producción de leche y el promedio de rendimiento por animal es de 18 litros por día, en tanto que en Santa Cruz el promedio es de sólo 16 litros debido el calor. Sin embargo, los productores están limitados porque no hay demanda de leche y la empresa PIL sólo tiene capacidad para comprar 300 mil litros diarios.
La mayoría de los productores lecheros de Cochabamba se concentra en La Maica en Cercado y los valles alto y bajo del departamento.
Baja producción
La producción agropecuaria de Cochabamba cayó en 20 por ciento entre 2020 y 2022. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), procesados por la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC), en la campaña agrícola 2019-2020, el departamento producía 1,6 millones de toneladas de alimentos, pero en la campaña 2021-2022 se redujo a 1,1 millones.
La caída en la producción de 2022 representa una disminución de aproximadamente 81 mil toneladas de alimentos.
Santa Cruz es el principal productor
En Bolivia se producen 1,9 millones de litros de leche por día, de los cuales, el 60 por ciento corresponde a Santa Cruz, es decir, 1,2 millones de litros. Cochabamba contribuye con el 17 por ciento del total nacional.
El consumo de leche en Bolivia es de 62 litros per cápita al año, mientras que la OMS recomienda ingerir al menos 160 litros.