En este caso, Gabriela Zapata, expareja de Evo Morales, está imputada por los delitos de trata de personas y asociación delictuosa. La denuncia en su contra fue interpuesta por el expresidente por la presunta suplantación de identidad del supuesto hijo que tuvieron juntos.
El expresidente y actual líder del MAS, Evo Morales, y el exvicepresidente, Álvaro García Linera, fueron citados a declarar el lunes, en calidad de testigos, dentro del denominado ‘caso Zapata’.
Ambas exautoridades fueron notificadas este viernes y deberán presentarse a declarar el lunes 18 de marzo a las 9 de la mañana.
En este caso, Gabriela Zapata, expareja de Evo Morales, está imputada por los delitos de trata de personas y asociación delictuosa. La denuncia en su contra fue interpuesta por el expresidente por la presunta suplantación de identidad del supuesto hijo que tuvieron juntos.
En su audiencia de juicio oral, en la Sala Penal Cuarta de Sentencia de La Paz, Gabriela Zapata ratificó que tuvo un hijo con Morales y que, incluso, fue con el exmandatario a anotarlo en el Registro Civil. Además, dio detalles de las “presiones” a la que fue sometida por el Gobierno del líder del MAS para señalar que el supuesto infante habría muerto.
«El que hace todos los actos es mi excompañero (refiriéndose a Morales). Él me ha llevado a que vayamos a hacer el registro. Los dos hemos ido, como ha declarado la oficial de registro civil”, dijo Zapata.
Precisó que ese registro se realizó “unos meses después que ha nacido” el hijo.
Además, Zapata relató que el 2016 fue presionada por “altas autoridades” del Gobierno de Evo Morales para salir a declarar que el niño en cuestión había fallecido; sin embargo, afirmó que ella se negó.
“Mi persona se ha rehusado dar esa comunicación para indicar que el niño había fallecido”, dijo ante el tribunal.
En otra declaración, Zapata señaló que su detención, el 26 de febrero de 2016, fue pactada con el Gobierno del propio Morales para “justificar la derrota del 21F”.
Gabriela Zapata fue detenida, casualmente, cinco días después de realizarse el referéndum conocido como el ’21-F’, en el que el 51% de la población rechazó modificar la constitución para permitir una nueva repostulación del entonces presidente Evo Morales.
«El día que me iban a detener se comunicó conmigo el doctor (Wálter) Zuleta a quien había conocido por personeros del Gobierno y me indica que si estaba en mi domicilio, porque ya estaba la vagoneta del Ministerio de Gobierno esperando. Voy, avanzo, veo la vagoneta, me paro atrás de ellos y me subo (a la vagoneta), me trasladan a la Felcc y me indican: ‘vamos a esperar a la prensa’. Me sacan a los medios indicando que tenía que estar tranquila, que solamente era la situación por la que estábamos pasando y que teníamos que justificar la derrota del 21 de febrero (21F) con esa detención», declaró.