La presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb) asegura que su permanencia no es negociable. Ayer fue abierta la puerta del inmueble
La presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb), Amparo Carvajal, descartó cualquier diálogo para renovar directiva de la institución, porque su gestión concluye en 2025.
“No dialogaré con Edgar Salazar porque es un avasallador. Yo le gané por un voto en las elecciones de 2017. Luego, en 2019 él me desconoció, se hizo apoyar con la COB y otros sectores sociales masistas, para hacerse elegir. En marzo de este año yo fui ratificada hasta 2025, y eso no se negocia. Aunque digan que soy vieja, que no tengo la capacidad, soy la presidenta y lo haré respetar”.
Ayer debía comenzar la negociación con la mediación del presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Oscar Hassenteufel, pero su retorno de España, donde encabezó una de las misiones de observación electoral de las elecciones del domingo en ese país, se retrasó, así que todo quedó pendiente.
Por su parte, el dirigente chuquisaqueño Salazar conminó a Amparo Carvajal a renunciar a sus aspiraciones de seguir en la presidencia, dio un paso al costado y pidió que se haga una nueva elección de unidad. Eso no será aceptado por ella en ningún caso.
Ayer por la tarde, El notario público Rodrigo Calcina informó que el actuado notarial en las oficinas de la Apdhb ha concluido sin inconvenientes, ahora toca elaborar el acta notarial que servirá de base para los pasos que vienen (la negociación de las partes). “No ha habido ninguna observación de las partes”.
Pero, algunas de las puertas de la Asamblea en La Paz fueron abiertas este martes con la ayuda de un cerrajero para el anunciado inventario de las pertenencias.
El obrero, que logró abrir las puertas en horas de la mañana, dijo que “estaban bloqueadas, le han puesto La Gotita (pegamento), le han bloqueado con no sé qué, no podía entrar la llave y he tenido que hacer la apertura”, señaló el trabajador en un contacto con algunos medios que se encontraban en el lugar.
Además, aseguró no recordar la cantidad de puertas que logró abrir en las instalaciones de la institución, que estaba tomada por el grupo de Edgar Salazar desde el 2 de junio hasta la noche del 22 de julio, pero aclaró que las cerraduras ya están “inservibles” y que se debe cambiar todo.
Pese a que el sábado parecía que había un principio de acuerdo, la tensión entre ambos sectores nuevamente fue en aumento durante las últimas horas.