Cardenal peruano invoca a la calma ante «situación de guerra» en su país

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El cardenal peruano Pedro Barreto, arzobispo de la ciudad centro andina de Huancayo, hizo un llamado a la calma ante «la situación de guerra, de enfrentamiento» que se presenta en su país, donde desde este lunes murieron 18 personas en choques entre manifestantes antigubernamentales y las fuerzas de seguridad.

Barreto, quien también es vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), señaló en la emisora RPP que sigue «con mucha pena, mucha tristeza» los acontecimientos violentos que se han presentado en la región sureña de Puno.

«La verdad es que estamos en manos de la barbarie», enfatizó antes de decir que la Iglesia católica ha manifestado que «el enfrentamiento entre hermanos y hermanas es mucho más doloroso» porque son «parte de una sola sociedad, de una familia peruana».

El cardenal sostuvo que se debe «reconocer que hay justos reclamos de la población» y que las autoridades del país deben cumplir «su rol fundamental» para investigar y sancionar a los responsables de las muertes y los actos de violencia».

«Siempre tenemos que distinguir, hay justas protestas de la población, esto es innegable, cualquier persona en su sano juicio reconoce que hay un embalsamiento de reclamos históricos del pueblo peruano, sobre todo de las grandes mayorías que viven en la exclusión y en algunos casos, con mucho dolor, en la extrema pobreza», remarcó.

Barreto dijo que, por ese motivo, «no hay que discutir este derecho a la protesta», pero agregó que «al mismo tiempo cuando ya se cometen destrozos y hay una actitud no solamente provocatoria (sic) contra la vida y la propiedad privada» de un grupo de los manifestantes, se debe indicar que eso «es un delito».

«En parte, yo diría, somos comprensivos que en una situación, yo diría de guerra, de enfrentamiento, pienso que es muy difícil mantener la calma, mantener también la prudencia», comentó.

Indicó que, por ese motivo, los obispos consideran que las fuerzas del orden, «a veces pueden de alguna manera extralimitarse», pero se debe «invocar tanto a un grupo como a otro el fiel cumplimiento de los derechos humanos y el respeto a la vida».

El cardenal reiteró que el Poder Ejecutivo «tiene que atender estas justas demandas históricas y hay que actuar, no solamente es el diálogo por el diálogo, sino también por la acción».

«Hay cosas que son urgentes, que hay que responder y que sí se puede, en cambio hay otros temas a mediano o largo plazo que no se puede exigir que hoy se solucionen, pero sí comenzar un proceso de articulación de esfuerzos», concluyó.

Los manifestantes exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso, la convocatoria de una asamblea constituyente y el adelanto de elecciones generales a 2023.

Este martes se informó que un suboficial de la Policía murió tras el ataque de una turba que quemó el vehículo patrulla en el que se encontraba en Puno, donde el lunes murieron otras 17 personas y 73 resultaron heridas en manifestaciones violentas.

El primer ministro, Alberto Otárola, denunció este lunes que en su país hay en marcha un «ataque organizado hacia el estado de derecho y a las instituciones» y un «golpe de Estado», del que ha responsabilizado a los manifestantes.

El Gobierno de Puno, una región ubicada a casi 1.300 kilómetros al sur de Lima, decretó este martes tres días de duelo en toda su jurisdicción por las muertes en Juliaca, que luego también se extendieron a saqueos y quema de locales públicos y privados en otras ciudades de la región, como Puno e Ilave.


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