La jueza cautelar de Santa Cruz, Livia Alarcón, dispuso la detención preventiva por seis meses en el penal de Palmasola para Diego V. y Freddy C., los dos estibadores de la estatal Boliviana de Aviación (BOA), aprehendidos por el envío de 478 kilos de cocaína a Madrid, España, en febrero de este año.
Ambos funcionarios fueron grabados por las cámaras de seguridad el 10 de febrero, en el aeropuerto de Viru Viru, cuando rompieron los precintos de un contenedor para ingresar al avión alquilado por BOA las 12 cajas de cartón, en las que estaban los ladrillos de cocaína.
Son los dos primeros aprehendidos luego de que la Agencia Tributaria y de Aduana de España reveló que halló los paquetes en el sector de carga del vuelo, en la terminal aérea de Barajas.
La fiscal del caso, Rocío Medrano, imputó a Diego V. y Freddy C. por confabulación y asociación delictuosa y solicitó la detención preventiva de ambos mientras avanzan las investigaciones sobre la procedencia de la carga ilícita y establecer qué otros funcionarios y de qué instituciones fueron cómplices del tráfico de las sustancias estupefaciente; no se descarta la investigación incluso a la empresa de cáterin.
De acuerdo con Gabriela Reyes, criminóloga y exasesora del ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, los narcos tuvieron que burlar al menos cuatro dispositivos de seguridad o contar con la complicidad de los funcionarios.
El primero es el control de los pasajeros y el ingreso de la carga; el segundo es el monitoreo por medio de las cámaras de seguridad; el tercero es el control de la carga con los escáner de la Aduana Boliviana, y el cuarto, evadir la revisión de los paquetes por las unidades caninas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico.