DATO. Un estudio realizado por la fundación UNIR, que titula “Los conflictos por la salud, la salud de los conflictos” revela que Bolivia es el segundo país después de Haití con mayor mortalidad por cáncer de cuello uterino. Cada año 19 mil personas son diagnosticadas con diferentes tipos de cáncer en Bolivia.
En total según la publicación cada año 19 mil personas son diagnosticadas con cáncer de mama y cuello uterino, en las mujeres y próstata y estómago en los hombre. Se alerta el incremento de cáncer de boca en los últimos años.
ALGUNOS INDICADORES
Si bien la esperanza de vida al nacer se ha incrementado de manera continua y en 2020 llegó a los 72 años (75 para mujeres y 69 para hombres), aún se encontraba por debajo de los países de la región, con la excepción de Haití, ocupando el puesto 118 a nivel mundial
La tasa de mortalidad infantil en 2019 era de 26 por cada mil nacidos vivos y de 25 por cada mil en 2020, las cifras más altas después de Haití y Guyana en la región de América Latina y el Caribe, la cual tiene un promedio de 16 casos por cada mil
La mortalidad materna alcanzaba a 155 por cada mil nacidos vivos pese a que según la Encuesta de Hogares 2021, 94,3% de las mujeres de 13 a 50 años recibió atención institucional en su último parto; de acuerdo a la organización Médicos Sin Fronteras, Bolivia es uno de los países latinoamericanos con peor índice de mortalidad materna, lo cual podría evitarse fortaleciendo el acceso a los servicios primarios de salud y colocando el tema como una prioridad en la agenda.
ENFERMEDADES FRECUENTES
Con relación a la incidencia de las enfermedades más frecuentes en la niñez, en el año 2017, 41,6% de los menores de cinco años contrajo Infecciones Respiratorias Agudas (IRA), con mayor presencia en las áreas rurales (46,5%) que en las ciudades (39,5%), y casi una cuarta parte el 23,5% de los menores de cinco años lo contrajo
Las enfermedades Diarreicas Agudas (EDA), 27,1% en área rural y 21,9% en área urbana; en ambas enfermedades hubo una ligera afectación mayor para las niñas
EL CÁNCER
La publicación refiere a datos inquietantes señalados sobre las condiciones de salud de la población en general, hay algunas enfermedades graves que, si bien no inciden sobre grandes sectores poblacionales, generan un impacto humano, social y económico muy severo.
El autor del libro Huascar Pacheco indicó que es llamativo que cada año se diagnostiquen 19.000 personas con cáncer en Bolivia.
Entre los tipos de cáncer más frecuentes en el país se encuentran el de seno y de cuello uterino en las mujeres, Bolivia es el país con mayor incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino en la región después de Haití, 55,56 por cada 100.000 mujeres; según la OMS, cada día entre 4 y 5 mujeres mueren por este tipo de cáncer, así como el de próstata y estómago en los hombres.
También llama la atención es el incremento del cáncer de boca se estaría incrementando en el país; solamente en el oncológico de Santa Cruz se han atendido a 1.711 personas con ese mal en los últimos dos años.
El cáncer infantil o pediátrico afecta a niños y adolescentes de entre 0 y 14 años, cada año 200 niños contraen cáncer en el país. Los tipos de cáncer más frecuentes en niños son la leucemia en 48%, linfoma 13%, retinoblastoma 7,7%, tumores cerebrales 5,15 % tumores de hígado 4,0%, tumor de Wilms 4,0% y rabdomiosarcoma y sarcoma de partes blandas 3,5%. Se trata de una enfermedad curable si se la diagnostica y trata a tiempo.
EL DENGUE
La publicación también se refiere al alarmante ascenso de casos de dengue a fines de 2022 y en los primeros meses de 2023.
A fines de febrero el Ministerio de Salud reportó 8.895 enfermos, 76% de éstos en Santa Cruz, donde los hospitales se encontraban al borde del colapso; en el Beni se presentaron 955 casos, en Tarija 594, en La Paz 226, en Chuquisaca 166, en Cochabamba 97 y en Pando 64.33. Se reportó la muerte de 29 personas que contrajeron la enfermedad, de las cuales 15 eran niños.
Por otra parte, algunas enfermedades que se encontraban en vías de ser erradicadas en el país reaparecieron en 2022, al parecer debido al deterioro de la vigilancia epidemiológica como consecuencia de la pandemia de Covid.