El medio especializado en economía señala que el país eslavo parece estar en camino de una recesión mucho menos profunda de lo que muchos pronosticaron tras el inicio de la operación especial militar en Ucrania, que tuvo lugar el pasado 24 de febrero, y las consecuentes sanciones impuestas por Occidente.
Los expertos de las empresas de servicios financieros estadounidenses JP Morgan Chase y Citigroup, así como de grandes bancos, están recortando sus perspectivas de caída de la producción para este año a tan solo un 3,5 %, mientras que los funcionarios rusos creen que la contracción económica será de un 6 %, y no de un 12 %, como auguraron anteriormente.
«El ‘boxeador’ ahora se está moviendo nuevamente después de haber sido derribado», comentó Anton Tabakh, economista jefe de la agencia de calificación de riesgos Expert RA, con sede en Moscú. «Hubo una caída, pero ha sido compensada sustancialmente por los cómodos precios de exportación, incluso con los descuentos, y la capacidad del presupuesto para invertir dinero en el problema», añadió.
En opinión de Evgueny Koshelev, economista de Rosbank, no están en el «nivel de estrés» que habían previsto, detallando que deberían esperar mejores tendencias porque tanto el presupuesto como las políticas monetarias son, en general, «estimulantes».
«Hay motivos para el optimismo»
«Hay motivos para el optimismo», aseguró, por su parte, Natalia Lavrova, economista jefe de la empresa de servicios financieros rusa BCS. «Los riesgos son algo menores para 2022, pero también se trasladaron a 2023 debido al embargo petrolero», agregó en referencia a los planes de la Unión Europea (UE) de restringir las importaciones de ese recurso el año que viene.
Bloomberg señala que un gran impulsor de la economía de Rusia ha sido el repunte en la producción de petróleo, que el mes pasado aumentó un 7 % gracias a la demanda interna y a un cambio hacia los compradores de Asia. Además, otro catalizador ha sido la producción de gas, que, pese a su reducción, impulsó el aumento de ingresos para Moscú porque su precio se disparó.
No obstante, el medio sostiene que la economía rusa todavía se enfrenta a su contracción más fuerte desde 2009. Algunos pronósticos advierten que esta recesión podría durar más que las anteriores. De hecho, pese a la fortaleza del rublo, el ministro de Economía de Rusia, Maxim Reshetnikov, ha dicho que todavía es pronto para hablar de «estabilización».