Quienes conviven con animales lo saben: es muy fácil coger cariño a nuestros compañeros peludos, hasta el punto en el que pasan a ser uno más de la familia.
No sólo eso. convivir con mascotas, en muchos casos, puede tener efectos muy positivos sobre nuestro bienestar y nuestra salud mental, como bien reconocen los expertos de la Universidad de Harvard en un artículo publicado en su medio The Harvard Gazette.
Tener perro se asocia a un descenso en la mortalidad
Existe ya un amplio volumen de evidencia científica que apunta a los beneficios de la convivencia con animales para nuestra salud. Los animales alivian la soledad, elevan nuestros niveles de oxitocina, nos obligan a movernos (incluso cuando no queremos) y nos ayudan a iniciar conversaciones con otros de nuestra especie, actuando a menudo como iniciadores de relaciones sociales.
En este sentido, la experta en psicología de las relaciones humano-animal Megan Mueller afirma que «Las mascotas nos pueden proporcionar un sentido muy poderoso de propósito. La rutina de cuidar de un animal y la responsabilidad que conlleva realmente pueden proporcionar la fuerza para salir de la cama por las mañanas. Esto aplica a todo el mundo, por lo que deberíamos pensar sobre cómo garantizar que todos puedan ser capaces de tener mascotas, sin importar las circunstancias».
Similarmente, Elizabeth Frates, especialista en estilos saludables, argumenta que un estudio del año 2019 encontró una reducción del 24% en la mortalidad por cualquier causa asociada a tener un perro. Otras investigaciones han mostrado que la convivencia con estos animales puede ayudar a reducir la tensión sanguínea y los niveles de colesterol, y que acariciarlos provoca la liberación de oxitocina (la llamada ‘hormona del amor’) tanto en el humano como en el can.
Son de hecho todos estos fenómenos los que han impulsado el despegue de las terapias con animales, cada vez más empleadas en ámbitos tan diferentes como la pediatría, la discapacidad, la salud mental, las adicciones o la rehabilitación social.
Por supuesto, es importante recordar que tener un animal supone un compromiso también para con su bienestar; pero lo cierto es que cada vez tenemos más razones para pensar que asumir ese compromiso merece la pena.