Embarazos que hasta hace dos años eran imposibles, ahora llegan a término con el nacimiento de bebés sanos y mamás que, con el cuidado necesario, están estables.
Una “mamá incubadora”, mujeres con cáncer, lupus o una mujer a quien le colocaron un marcapasos estando embarazada de gemelos, son solo una parte de las pacientes que atiende el equipo de la Unidad de Medicina Materno Fetal del Hospital Materno Infantil Germán Urquidi, en Cochabamba.
El servicio de Alto Riesgo Obstétrico del maternológico se ha convertido desde marzo de 2021 en un referente en Bolivia para la atención de los casos más complejos.
El responsable de la Unidad de Medicina Materno Fetal, Eduardo Soto, explica que la obstetricia “tiene una tríada mortal” y que, pese a todo el esfuerzo que se hacía, los números de la mortalidad materna no declinaban. Entonces, surgió en el mundo la subespecialidad de obstetricia denominada Medicina Materno Fetal, en la que la madre y el bebé son vistos, ambos, como pacientes; y los resultados mejoraron con notoriedad.
Los profesionales de esta área explican que existía una demanda insatisfecha y, muchas veces, no identificada, por lo que tampoco se volcaba la mirada a ese lado.
“Estos hospitales, que son los más grandes, no estaban preparados ni tecnológicamente para poder asistir a la madre que tenía complicaciones o el bebé que tenía complicaciones. Desde que se ha inaugurado esta subespecialidad, hemos podido dedicarnos con un poco más de delicadeza, más conocimiento a estas pacientes y a los bebés”.
CARDIOPATÍA, PRIMER CASO
Marina (nombre cambiado), del área rural de una provincia de Cochabamba, tenía 17 años cuando, embarazada, fue la primera paciente del equipo de médicos especialistas en casos difíciles. Ella tiene una cardiopatía (una enfermedad del corazón). Fue víctima de abuso sexual. A los 14 años ya tuvo un bebé que, por su estado de salud y la falta de atención necesaria, la dejó durante un mes en terapia intensiva.
“Si me muero o si me pasa algo en la cirugía, por favor, entreguen mi bebé no a mi marido sino a mi mamá, yo ya hablado con ella para que se haga cargo”, había pedido Marina consciente de su anterior experiencia.
Sin embargo, el médico Soto describió que este segundo embarazo, con la atención de los especialistas, concluyó con un nacimiento exitoso.
“Nosotros ya teníamos un trabajo bien coordinado y planificado con terapia intensiva, con cardiología. Ya la habíamos estudiado en todo aspecto y sabíamos qué es lo que deberíamos hacer en la cirugía, cosa que no se hizo en la anterior oportunidad. El resultado es que tres días después, mamá y bebé se fueron a la casa, sanos completamente los dos. La literatura mundial decía que se interrumpa el embarazo. Pero, conseguimos que llegue ese bebé al mundo”.
Un siguiente embarazo no es recomendable para Marina, porque empeoraría la situación de su corazón; por lo que, con el asesoramiento respectivo, ella optó por un método anticonceptivo.
Los médicos aseguran que todo el Complejo Hospitalario Viedma es parte del equipo, porque coordinan acciones con especialistas de diferentes áreas, dando paso, así, al nacimiento de los denominados “bebés milagro”.
CON LUPUS
El lupus es una enfermedad que se presenta cuando el propio sistema inmunitario ataca las células y tejidos sanos.
Abril (nombre cambiado), sintió la muerte y la de su bebé cuando una mujer le dijo: “Te están vendiendo ilusiones; mi hermano tuvo lupus y se murió; tú te vas a morir, cuando estés de seis, siete meses (de embarazo), te vas a morir”.
Ella tiene lupus y cuando estaba embarazada, añoraba el nacimiento de su bebé.
“Yo veo tantas hospitalizadas buen tiempo, veo tantas mamás, gordas entraron, y se van tres días o cuatro días después con sus bebés en sus brazos. Yo sé que mi caso es difícil, pero quiero llegar a esa situación”, recuerda que le pedía al médico.
Soto dice que esta paciente llegó con edema (hinchazón de los tejidos) generalizado y todo indicaba que había que interrumpir la gestación. Pero, se hizo la coordinación con nefrología y Reumatología.
Luego de un debate profesional, optaron por llevar adelante el caso. El bebé nació sano a las 38 semanas de gestación.
Soto manifiesta que no se curó el lupus, pero sí fue un caso para celebrar por el nacimiento
En la actualidad, hay alrededor de una decena de pacientes embarazadas internadas a quienes les hacen seguimiento, por la complejidad de sus casos.
“Ninguna de las pacientes que hemos operado, que deben estar por las 25 ya, ninguna ha ido a terapia intensiva, ni ha necesitado grandes transfusiones de sangre o derivados sanguíneos; y todas ellas están bien. Tuvieron 3, 4, 5 días de internación y se fueron en muy buen estado”.
ANTES, DOS CIRUGÍAS
Karina (nombre cambiado) llegó al maternológco con acretismo placentario (la inserción anormal de parte o de toda la placenta, que provoca la invasión más allá de la pared del útero y puede implantarse en órganos vecinos derivando en el sangrado masivo al nacimiento y poniendo en riesgo la vida de la mujer).
Antes, se determinaba que, en casos como este, se practicaba la cesárea y, después de 7 o 10 días, se reintervenía a la paciente. Muchas iban a terapia intensiva.
Con la Unidad de Medicina Materno Fetal y la intervención de varios médicos, el trabajo se hace en una sola vez.
“Operamos en el momento más exacto”, dice Soto.
Karina tiene alrededor de 23 semanas de embarazo, y presenta sangrado. Su caso es definido por una junta médica.
“Yo creo que una vez más nos va a ir bien con la mamá. Pero, como es muy prematuro el bebé, eso está en duda”, reconoce Soto, explicando la complejidad de este tipo de casos.
La familia de Karina está al tanto de cada paso.
Los profesionales de esta área reconocen que no todos los casos son exitosos. Sin embargo, aseguran que los índices de mortalidad neonatal han bajado de forma relevante.
LA MAMÁ DIALIZA
Antonella es una bebé considerada “milagro”. Nació este 29 de agosto en el hospital Materno Infantil Germán Urquidi. Su mamá, María, de 24 años, es una paciente renal que dializa desde hace más de tres años.
El trabajo del equipo de profesionales médicos del servicio de Alto Riesgo Obstétrico permitió que este embarazo llegue a término con buenos resultados.
En el Instituto del Riñón, donde es paciente María, se conocieron cuatro de estos casos, de pacientes renales embarazadas, en siete años. De ellas, dos mujeres perdieron a sus bebés y dos dieron a luz, una hace tres años, y Antonella quien nació hace más de dos meses.
El médico Marcelo Quinteros, del Instituto del Riñón, informó que el embarazo de María se confirmó en enero. Tomaron con tacto con el equipo de Medicina Materno Fetal e hicieron el seguimiento. Ella dializaba tres veces por semana; pero, fue necesario que la diálisis sea cinco veces por semana.
María estuvo internada semanas antes del nacimiento. El embarazo llegó a término a las 35 semanas.
el médico, también parte del equipo, Jaime Laredo explicó entonces que, en caso como este, se debe prevenir la anemia, el parto prematuro, hemorragias y más, para lo cual es necesaria la intervención de un equipo multidisciplinario, que incluye médicos, personal de enfermería, internos, nutrición, psicología, fisioterapia.
MAMÁ INCUBADORA
Una mujer, víctima de intento de feminicidio, se ha convertido en una especie de incubadora humana para su bebé.
La paciente llegó desde Sacaca, Potosí, al maternológico de Cochabamba luego de que su pareja intentara quitarle la vida.
Ella, quien está embarazada, no murió y su bebé está estable.
El médico Laredo explica que ella está en coma.
“Es más complicado el manejo de una paciente en coma, embarazada. Hay que ver muchos aspectos, el bienestar fetal, cómo está creciendo el bebé, sí está creciendo adecuadamente o no, hay que ver la nutrición de la paciente y múltiples cuidados que tiene que tener en terapia intensiva o en terapia intermedia”.
El pronóstico no es positivo para la madre; pero, el bebé está bien.
La mamá es como una incubadora. El personal de salud le programa la dieta, le suministra líquidos y el aporte de oxígeno.
Tiene alrededor de 27 semanas de embarazo.
“Esperemos llegar a término. Si nace el bebé, vivo, va a ser un éxito. Sería nuestra primera incubadora humana en Bolivia”, expresa Soto.
MARCAPASOS Y GEMELOS
Luz (nombre cambiado) tiene alrededor de 25 semanas de gestación. Ella llegó desde Riberalta (Beni) con un bloqueo de aurículas y ventrículos. Ya estando embarazada, tras el análisis médico, le colocaron un marcapasos.
Ella se embarazó antes, dos veces y, en ambos casos, se eliminaron espontáneamente.
El médico Cristian Bráñez, también de la Unidad Materno fetal, detalla que siguen un control estricto en la paciente que, además, espera gemelos.
Al no encontrar la atención necesaria en su ciudad, decidió quedarse en Cochabamba.
Ya recibió intervenciones de emergencia.
“Acompañamos el embarazo, captamos a la paciente cuando tenía 11 semanas de embarazo. La señora está con mucha esperanza de que vaya bien. Estamos haciendo todo lo posible”, sostiene Brañez, quien remarca que, antes, cada ginecólogo manejaba los casos como podía y que, ahora, lo hacen todo en equipo.
CON CÁNCER Y QUIMIOTERAPIAS
Hace poco más de una semana, Inés (nombre cambiado) estaba en un pasillo del Materno Infantil aguardando una de sus consultas. Ella sabe que, si no surge ninguna complicación, su historia se convertirá en un hito para su familia y para los médicos que la cuidan, incluidos los especialistas oncólogos. Su bebé está a poco de nacer.
Inés tiene cáncer de cuello uterino avanzado. Pero, además, recibió quimioterapias durante su embarazo.
“La literatura emergente dice que se haga la quimioterapia porque, así, se va a evitar, mientras esté el embarazo, que el tumor continúe creciendo o diseminándose”, sostiene Soto.
Inés ya recibió dos ciclos de quimioterapia.
“Vamos a tener un bebé. Es el primer caso de un bebé que has recibido en útero quimioterapia; pero, los fármacos fueron debidamente seleccionados, los menos nocivos para el bebé. Y tenemos ahí una madre que tiene un cáncer avanzado; pero, con quimioterapia ha seguido el embarazo”.
Ella tiene unas 36 semanas de embarazo. Se prevé que el bebé nazca en los próximos días.
Los controles antes de embarazarse
El médico, parte del equipo de la Unidad Materno Fetal, Jaime Laredo resalta la importancia de que las mujeres acudan a controles antes de embarazarse, considerando que, como los casos expuestos y otros, existen situaciones tan complejas que podrían no tener un feliz término.
El profesional expone que apenas el 1% de las pacientes que atienden habría acudido informando su deseo de embarazarse; pero, no sin antes conocer su estado de salud y recomendaciones.
“Según la gravedad de alguna enfermedad, el médico les dirá si el embarazo está totalmente contraindicado o si es de mucho riesgo. Entonces, tomarán más conciencia”.
Manifiesta que no solo quienes tienen enfermedades de base (cáncer, diabetes, presión alta y otras) deberían hacerse los chequeos, sino todas en general.
Sin embargo, el equipo de médicos del que es parte, asegura que se capacita y estudia para responder como corresponde ante las situaciones más complejas.
Aunque existen limitantes. Los equipos no son los que realmente se necesitan, y la Medicina “va a la par de la tecnología”.
En la actualidad, cuentan con un ecógrafo de alta gama, pero ya tiene como siete años y “y en cualquier momento, va a dejar de funcionar”.
El médico Cristian Brañez también identifica las limitaciones. Pero, confía en que la Unidad seguirá creciendo.