El descenso del nivel de agua en el Lago Titicaca está a punto de alcanzar el promedio más bajo experimentado en 1996, advierte el Senamhi.
Los comunarios que viven a las riberas del lago Titicaca de Bolivia y Perú se reunirán en las próximas semanas para analizar la preocupante reducción del nivel del agua y paliar el peligro que se cierne sobre ellos.
El descenso del nivel de agua en el Lago Titicaca está a punto de alcanzar el promedio más bajo experimentado en 1996, de acuerdo con un informe de la dirección de hidrología del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi).
Según ese reporte, en abril de 1966 se produjo la elevación máxima hasta el momento, con los 3.812 msnm y el mínimo llegó en septiembre de 1996 con 3.807,39 msnm. En junio de este año, la medición llegó a 3.807,76 msnm y en la semana del 1 al 7 de julio esos niveles mínimos marcaron 3.807,67. Eso significa que en un mes bajó otros 10 centímetros. Los pobladores temen efectos en su producción.
“En el lago menor, que es de donde extraemos la información, en Huatajata exactamente el Senamhi tiene una estación, ahí oscila una franja de 5 centímetros entre la época de lluvia que asciende su máxima, que se puede observar de 3.812 metros sobre el nivel del mar (msnm) y luego un mínimo”, explicó la responsable de la unidad de pronósticos Hidrológicos del Senamhi, Lucía Walper, a la ANF.
Los pobladores de Desaguadero y Huarina plantean reuniones para buscar soluciones y paliar el impacto en sus formas de vida que se basa, principalmente, en la agricultura.
“El agua del lago ha bajado sustancialmente este año, como en ningún año atrás, a pesar de la época de lluvias, pero al contrario aquí está bajando. Ya son varios años, pero este último es mucho más, ya no tenemos ríos”, lamentó el presidente de la Fejuve de Huarina, Jaime Mamani.
Huarina es un poblado que es ribereño y está ubicado a 77 kilómetros de La Paz. Mamani contó que, en marzo de este año, enviaron un informe al Ministerio de Defensa sobre lo acontecido, hasta la fecha no recibieron respuesta alguna. En mayo, funcionarios de esa cartera de Estado les entregaron algunos víveres como arroz, fideo y aceite.
En otra latitud, en la localidad de Desaguadero, colindante con el Perú, las cosas no son diferentes. María Eugenia Millares, una comunaria del lugar, explicó que hasta el momento no existe ninguna mejoría en los niveles del agua y recordó que esta reducción es sostenida desde hace varios años, pero en este último año la reducción del agua en el Lago se aceleró.
“Nosotros recién nos vamos a reunir, tanto como Perú y Bolivia, para transmitir lo que las hermanas están preocupadas por la disminución del agua y también el tema de la contaminación”, afirmó Millares.
La experta del Senamhi coincidió con la pobladora de Desaguadero y dijo que existen varias actividades alrededor del lago y que fue aumentando paulatinamente, a lo que se debe sumar la ausencia de lluvias en todo el sector, producto de los fenómenos de El Niño y La Niña que provocaron sequías y poca lluvia.
“No se ha podido dar estos aportes (lluvias) que normalmente hubieran sido buenos para el lago menor y la humedad del suelo, pero por el cambio climático, la deforestación, el asentamiento de empresas mineras, la contaminación que existe, y el desvío de los ríos ha sido el detonante para generar este cambio inesperado”, afirmó.
Millares dijo que la reunión de los dirigentes de pueblos ribereños será con las autoridades bolivianas, pese a que hasta el momento no hicieron nada. Luego con los responsables de la Autoridad Binacional del Lago Titicaca, que es una institución autónoma creada por los gobiernos de Perú y Bolivia para el manejo principalmente hidrológico e hidrobiológico del Lago Titicaca.