El Ministerio de Educación no ha emitido nuevos pronunciamientos sobre las medidas de presión que ejerce el sector movilizado hace ya nueve semanas.
“Estamos entrando en el octavo día de huelga de hambre. Prácticamente iniciamos 33 dirigentes departamentales y nacionales y tenemos seis bajas hasta el momento; conforme van pasando los días se van sumando las bajas, pero las fuerzas siguen”, afirmó un representante del magisterio urbano, Miguel Chacón.
Además del piquete de huelga de hambre, tres ejecutivos nacionales determinaron un tapiado como nueva medida de presión. Este fue instalado el lunes, en el inicio de la novena semana de conflicto del sector con el Gobierno.
“Hemos asumido marchas de protesta, huelgas de hambre, una crucifixión ayer (lunes) y, sin embargo, tampoco eso ha logrado sensibilizar ni al Gobierno ni al ministro (de Educación), que han mostrado una insensibilidad frente a una demanda legítima de los trabajadores”, expresó uno de los ejecutivos de la Confederación de Trabajadores de Educación Urbana (CTEUB) en el tapiado, Ludbin Salazar.
HUELGA
Los movilizados exigen desde hace nueve semanas mayor presupuesto, más ítems, la resolución del déficit histórico de horas laborales, la realización de un congreso nacional y suspender la aplicación de la malla curricular actualizada. Advirtieron con no detener las medidas de presión hasta no recibir una respuesta a estas demandas por parte del Gobierno.
Si bien el Ministerio de Educación ha mandado propuestas, como 8.000 horas para cubrir el déficit, congreso en 2024, análisis técnico para la otorgación de ítems y flexibilizar la implementación de la malla actualizada; para el sector no ha sido suficiente y advierten incluso con un paro de 72 horas.
“Esperemos que esta medida extrema que hemos asumido los tres ejecutivos permita que el Gobierno pueda recapacitar y pueda reconducir este conflicto”, dijo Salazar.
Por el momento, no se conoce de una nueva fecha para retomar el diálogo, pese a que ambas partes afirmaron estar dispuestas a hacerlo. El ministro de Educación, Édgar Pary, consideró una “radicalidad” las últimas medidas de presión asumidas y que no conducen a hallar una solución.