El presidente Luis Arce señaló que la crisis climática, que también afecta a la Amazonía, es un problema que debe ser encarado por todos los países del planeta y no solo por algunos.
El jefe de Estado participó este martes de la IV Cumbre Amazónica que se desarrolla en la ciudad de Belem, norte de Brasil.
El presidente explicó que, no toda la responsabilidad de las consecuencias y efectos del cambio climático deban recaer en los países de la Amazonía, sus pueblos y economías, porque la crisis climática mundial no ha sido generada por la región.
“En el marco de las responsabilidades comunes pero diferenciadas, indican la responsabilidad de aquellos países industrializados que han influido de manera magnificada a las emisiones de carbono, gases de efecto invernadero y otros contaminantes a nivel mundial quienes deben cooperar en mayor medida a la gestión de este fenómeno”, afirmó el jefe de Estado.
Así como el narcotráfico, pasó de ser un problema de solo un país, a ser un problema de un conjunto de países, los factores que amenazan la biodiversidad y la humanidad por la crisis climática, deben ser encaradas por todos los países del planeta, insistió.
El presidente destacó que la Amazonía enfrenta una serie de desafíos críticos, como la crisis climática.
La Amazonía sufre sequías más intensas y prolongadas, patrones de lluvia alterados y un aumento en la frecuencia e intensidad de los incendios forestales.
Eventos extremos que amenazan su biodiversidad única, sus pueblos indígenas y su capacidad para seguir siendo un regulador climático esencial, advirtió.
El mandatario boliviano señaló que otro desafío crítico de la Amazonía es la deforestación que alcanza niveles alarmantes en las últimas décadas.
“Bosques milenarios, están siendo devastados a un ritmo acelerado.Árboles centenarios son talados ilegalmente y sin planificación. Este es uno de los mayores desafíos que enfrenta la Amazonía”, dijo Arce.
Mencionó, además, la tala de árboles para la agricultura, la ganadería y la minería que han llevado a la pérdida de millones de hectáreas de bosque.
Apuntó también a la explotación de los recursos naturales que genera daños ambientales y sociales significativos, como la contaminación del agua y la degradación del suelo.
Asimismo, mencionó que la Amazonía no está exenta de las actividades ilegales como el narcotráfico, minería ilegal y crimen organizado que afectan la vida de las comunidades que la habitan y que producen un impacto negativo en la naturaleza.
nj/Afbs
