Cuatro dirigentes del Movimiento Al Socialismo y un militante del MAS de la supuesta ala dura del «evismo» fueron aprehendidos por una acción directa de la Policía luego de la violencia política que se desató ayer en la Brigada Parlamentaria de Potosí.
Cenovia Guarayo, Ada Vargas Largo, Felicia Vargas, Néstor Nina y Nicolás Julián Rojas fueron conducidos anoche a celdas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) y se prevé una medida cautelar hoy contra las cinco personas.
Anoche, el abogado Raúl Sandoval afirmó que no sabe por qué delitos están acusados y fundamentó que la aprehensión de sus defendidos es una vulneración a los derechos constitucionales.
«El investigador no nos ha querido dar nada, si están en calidad de arrestados o aprehendidos. A grosso modo nos ha dicho: están aprehendidos y listo», aseveró.
Ayer, el presidente de la Brigada Parlamentaria, Abelardo Colque fue agredido físicamente y apuntó a los dirigentes del «evismo» en Potosí.
“Son 15 a 20 personas encabezadas por Ada Vargas, Cenovia y un tal Nina más. Usted ha informado del presidente (Luis Arce), directamente ahora sí lo matamos (me dijeron). Me quisieron matar todos”, aseveró el diputado del MAS que sería de la línea de los «renovadores».
Los agresores no solo increparon al legislador, también le dieron puñetes y lo patearon hasta dejarlo tendido en el piso. El diputado terminó ensangrentado producto de la golpiza y aún se desconoce el grado de impedimento que tiene.
La arremetida contra el diputado se habría dado a raíz de la conferencia de prensa que dio. Colque rechazó la resolución del ampliado de campesinos de Potosí que dio un plazo de 48 horas al presidente Luis Arce para que atienda sus demandas. El presidente de la Brigada contó que los agresores ingresaron a los predios cuando se encontraba en una reunión. Otros parlamentarios, de oposición y oficialismo, fueron testigos del hecho y también expresaron su condena al hecho de violencia. Colque acusó a militantes del ala “evista” por la agresión. Tildó a este grupo de ser “delincuencial” y “mandado” por parte de Evo Morales.