La exmandataria de Bolivia revela las “traiciones de sus colaboradores”. Cuestionó el actuar abusivo de su exministro de Gobierno, Arturo Murillo, y el silencio de su ex jefe de campaña por Juntos, Óscar Ortiz, quien participó de las negociaciones en la UCB
“La actuación de Murillo ha sido decepcionante, pensé que lo conocía porque fuimos colegas por muchos años de lucha en el parlamento. Sin embargo, por la justicia de Estados Unidos nos enteramos que ya desde las primeras semanas, Murillo había estado involucrado en hechos de corrupción con compras estatales, lo cual es doblemente indignante porque lo hizo en un momento delicado de grave convulsión en el país donde se esperaba que cada uno brinde lo mejor de sí”, manifestó la también exsenadora encarcelada desde marzo de 2021.
En enero de este año, Murillo fue condenado por la justicia estadounidense a cinco años y ocho meses de cárcel por lavado de dinero y soborno en la compra irregular de armamento no letal al inicio de la gestión de Áñez, entre 2019 y 2020.
La exautoridad en una entrevista con EL DEBER en 2021 se refirió a la compra de los gases lacrimógenos y dijo: “No tiene ningún sustento esa denuncia, no va a llegar a ninguna parte”.
Carolina Ribera, hija de Áñez, reveló en marzo de 2022 que Murillo traicionó a su madre y que no es el único opositor que “abusó de su confianza” ya que muchas de las decisiones tomadas en los ministerios no habrían sido comunicadas a la expresidenta.
Áñez agregó en su libro que Murillo afectó su gestión “con los abusos que fue cometiendo”. Según su análisis, “todas las personas que ocupan ese cargo terminan actuando igual, cometiendo abusos por el exceso de poder que acumulan”.
Murillo fue el “hombre fuerte” del gobierno transitorio. En el momento de su posesión, en octubre de 2020, había anunciado una “cacería” de masistas. Era cercano a Áñez y prometió que no la abandonaría, luego de fugar a Estado Unidos juró que se escapó porque había un plan para matarlo en el penal de Palmasola.
Ortiz, la UCB y el juicio
Jeanine Áñez no solo habló de Murillo sino retrató al exministro de Economía y exsenador Óscar Ortiz como personaje clave y testigo de las reuniones previas a su proclamación. Destacó su rol como “nexo” entre el Ejecutivo y Legislativo. Eso sí, criticó que Ortiz y la exministra Eliane Capobianco se hayan opuesto a testificar en el juicio en su contra.
“El testimonio de Óscar Ortiz era muy importante ya que él estuvo en todos los escenarios previos a mi ascensión a la presidencia. Estuvo presente en las reuniones en la Universidad Católica, él incluso tuvo una reunión privada con (Adriana) Salvatierra y (Susana) Rivero, luego al principio de mi gobierno era el nexo entre el ejecutivo y el legislativo para la elaboración y aprobación de las primeras leyes. Eliane Capobianco fue importante en el momento de evaluar nuestras actuaciones como parlamentarios dentro del marco constitucional ante el vacío de poder. Pero el temor fue más fuerte que el compromiso con el país”, relata en su texto.
Afirmó que Ortiz fue mencionado durante el juicio en muchas declaraciones de los oficialistas quienes aseguraron que participó en las reuniones de la Universidad Católica desde el 11 de noviembre de 2020. Áñez considera que el Tribunal estaba enterado de la importancia de los testimonios de Capobianco y Ortiz, pero “les facilitó esa negativa” a no presentarse a declarar. “Esas declaraciones eran importantes para que digan la verdad histórica de los hechos, pero no quisieron asistir por miedo o por cobardía”, sentenció.
EL DEBER contactó a Óscar Ortiz, actual rector de la UCB sede Santa Cruz, para conocer su postura sobre las alusiones que hizo Áñez de él y respondió: “Le agradezco la oportunidad de la contraparte, pero prefiero mantener mi posición de no realizar comentarios al respecto”.
En agosto de 2021, Ortiz aceptó su participación en la reunión del 12 de noviembre del 2019; sin embargo, explicó que fue convocado a media mañana por la Conferencia Episcopal Boliviana, y negó su asistencia a reuniones previas.
Áñez asegura que asumió la presidencia del país “sin que me hayan informado de acuerdos importantes que habían conversado en las reuniones de la Universidad Católica”. El 8 de mayo de 2020, Ortiz pasó de ser jefe de campaña electoral de Áñez a ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural. Luego en julio de ese año pasó a ocupar el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
Áñez explicó que puso a Ortiz como ministro de Economía porque existían “incumplimientos a compromisos financieros de nuestro gobierno” que no pudo resolver José Luis Parada, la anterior autoridad que designó. “Así, dado que ya era una persona de mi entorno cercano, fue nombrado al frente del ministerio de Economía y él aceptó el desafío. Lamentablemente, las cosas no mejoraron y las expectativas que teníamos se vieron frustradas”.
En abril de este año, se conoció que los exministros Óscar Ortiz y Yerko Núñez están siendo investigados por los delitos de conducta antieconómica y resoluciones contrarias a la ley, en un proceso a instancias de la Contraloría.