Pese a Misicuni, ductos y tarifas, la Llajta sufre por falta de agua

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Sectores de la zona sur de Cochabamba aún compran el líquido de cisternas. El Gobierno anuncia que en septiembre iniciará la distribución desde la planta de Misicuni.

 

Mientras un sector del sur de Cochabamba ya goza de los beneficios del agua a domicilio, otros vecinos de esa zona siguen esperando el servicio, como hace medio siglo. El caudal de la represa Misicuni está lleno y aguarda ser desfogado hacia ese extremo de la ciudad, pero éste no tiene cañerías, o si las tiene, no se usan. Las cisternas y la lluvia siguen aplacando la sed del sur cochabambino.

“Yo nací acá, me crié acá y sigo viviendo acá. Soy oriundo de esta zona. Yo tengo ya 56 años y la falta de agua siempre fue un problema en este sector”, grafica la raíz del asunto Augusto Mérida. Es uno de los vecinos más antiguos de La Tamborada, una de las zonas más pobladas del sur de Cochabamba hasta donde llegó Página Siete.

$!Uno de los restaurantes de La Tamborada se abastece de agua de carros aguateros.

Augusto está de pie, con los brazos cruzados, observando cómo la enorme manguera de la cisterna llena de agua su tanque de PVC, varios tachos y algunos bañadores. El suministro parece incluso alegrar a sus dos perritos que menean la cola.

“Nos han dicho que desde el 11 de septiembre ya vamos a recibir agua de Misicuni, pero han surgido problemas, porque a los que ya tienen agua por red están queriendo cambiarles de categoría. La gente que pagaba 80 o 90 bolivianos al mes, ahora con la nueva categoría tiene que pagar 359 bolivianos. Hay varios lugares de la zona sur que ya tienen agua de Semapa (Servicio Municipal de Agua Potable), pero la gente ha empezado a reclamar por las nuevas tarifas. El conflicto está latente”, añade Augusto.

De hecho, los Distritos 8 y 9 de la zona sur de Cochabamba ya poseen red de agua potable. Hasta hace una semana, Semapa buscaba aplicar una “nueva estructura tarifaria” que, según vecinos y dirigentes, representaba un incremento superior al 100%. La medida, tras diversas protestas y reclamos, fue temporalmente suspendida.

El presidente de la Empresa Misicuni, Óscar Zelada, asegura que hasta fines de agosto se hará llegar agua desde la planta de tratamiento a los diferentes tanques de la zona sur. “Vendrá el presidente (Luis Arce) a abrir las válvulas. Para el 1 de septiembre tendríamos todo listo”.

Septiembre, clave

“Esperemos que puedan cumplir con la oferta de entregar el agua en septiembre. Nosotros, como Semapa y municipio de Cochabamba, estamos listos. Tenemos siete sistemas de distribución esperando que se nos entregue el agua”, asegura el gerente de la empresa edil descentralizada, Luis Prudencio.

El Proyecto Múltiple Misicuni apunta al aprovechamiento del agua de las cuencas de los ríos Misicuni, Viscachas y Putucuni, situados detrás de la cordillera del Tunari. Éste se obtiene mediante el represamiento y trasvase de los caudales

Mientras las cabezas de las principales entidades que tienen que ver con este tema se contrapuntean, los sectores que no cuentan con red de agua mantienen su viejo sistema de captación de agua.

De acuerdo con datos de Semapa, el 75% de la población de Cochabamba ya tiene cobertura de agua potable. Solo Sacaba está preparada para recibir el agua de Misicuni con la instalación de redes ya realizada.

“Por ahora seguimos abasteciéndonos mediante cisternas, aunque tenemos la red de agua hace seis años. Se hizo mediante los programas Mi Agua I y Mi Agua II, pero hasta ahora no funciona. Nos han dicho que en septiembre nos darán agua de Misicuni, ojalá”, espera Mérida.

Cisternas y turriles

$!Nelly Avilés agiliza la venta del líquido desde su cisterna.

Para los vecinos de varios sectores de la zona sur de la Llajta, el abastecimiento de agua mediante cisternas se ha convertido en una costumbre, que implica esfuerzo y dinero.

“Recibimos agua dos veces a la semana, en tanques y tachitos. Pagamos 25 bolivianos por siete turriles. Vivimos dos wawas y tres mayores aquí”, cuenta Olimpia Rocha, de 83 años, quien hace dos llegó a vivir en la OTB San Marcos de la zona sur.

$!Uno de los hogares de la OTB San Marcos recolecta agua.

Para todos, la posibilidad de tener agua potable en sus domicilios es un anhelado sueño. “Vivimos cinco años acá. Tenemos un tanque al fondo, pero se malogró. Aparte de la familia, acá se atiende a niños. Si van a dar agua de Misicuni, sería genial, porque es raro que esta zona, a pesar que ya quedó céntrica, no tiene agua, mientras otros del fondo, sí la tienen”, asegura esperanzada Ana Choque, vecina de La Tamborada.

“Nos dejan a cinco bolivianos, pero solo la de ella (la aguatera) es buena. A veces pedimos dos veces a la semana cuando tenemos que lavar harta ropa”, afirma Wilma Gutiérrez. Mientras la manguera de la cisterna llena una tinaja enorme y varios bañadores, la ropa abundante seca al sol tendida en las cuerdas.

Oficio: aguateros

Para un grupo de trabajadores, entre ellos mujeres, la falta de agua en la zona sur en Cochabamba sigue siendo una fuente de ingreso. Se los conoce los “cisterneros” o “aguateros”.

“Voy a turrilear a Sivingani”, dice Nelly Avilés Lazarte, una carismática mujer de 38 años que lleva más de 20 abasteciendo de agua en su cisterna a varias OTB de la zona sur.

El trabajo se le hace llevadero puesto que ella misma vive en ese sector. Hay horas en las que su celular no deja de sonar con llamadas de los que ella los denomina sus “caseros”.

“Me conocen bien, pero, sobre todo, confían en la calidad del agua que les vendo. Además, les cobro más barato porque sé cuánto cuesta reunir dinero para pagar el agua y otros servicios”, detalla Nelly.

El costo promedio del turril de agua en esa zona es siete bolivianos, pero ella la vende a los vecinos a cinco bolivianos. Y a todos en algún momento les “yapa”. Según varios de sus clientes, el líquido que les proporciona no se “verdea” como el líquido de otros “aguateros”.

“En la zona sur es donde más distribuimos. Ahora ha bajado la demanda en las OTB, donde están recibiendo agua de Misicuni. Pero hay personas que se están quejando porque les están dando agua sólo dos veces a la semana y más cara de lo que vendemos nosotros”, afirma Adán Llave, un “cisternero” que lleva en ese oficio más de 20 años.

Adán es parte del Sindicato Mixto de Transporte Pesado de Cisternas Manantial Cordillera, cuya flota llega a unos 400 vehículos asociados.

“Generalmente comenzamos a trabajar a las cuatro de la mañana. Tenemos que madrugar porque llegar a la zona sur demora una hora. Por otro lado, la mayoría de los vecinos son comerciantes y también madrugan. Nosotros tenemos que llegar antes de que ellos salgan de sus casas para que carguen agua”, grafica Adán.

En el caso de Nelly, hay noches que no duerme porque no solo le solicitan agua de esa zona, sino que debe abastecer a otros distritos. Lo cierto es que cuando ingresa al barrio San Marcos, basta que haga resoplar la bocina de su cisterna de 14 mil litros para que los vecinos abran sus puertas y desde media cuadra le pidan con señas “agua”.

A estas alturas, la relación de los “aguateros” con los vecinos es casi familiar. Hay quienes prefieren a unos por la calidad del agua, por el precio o por la amistad. Aparte, cada cisternero se hacer cargo de una zona de distribución. Ellos mismos han construido su mapa imaginario para vender el líquido.

Adán recuerda que antes la gente colocaba hules en las canastas para recibir agua de la lluvia. Ahora esto ocurre con menos frecuencia. Lo que sí, asegura, es que los fines de semana es cuando se vende más líquido. “Pasa que como el hombre no va al trabajo, lo ponen a lavar ropa”, afirma entre risas.

“La zona ha mejorado, pero no tenemos agua”, lamenta Florentina Gamboa, de 68 años, quien asegura que necesita cuatro turriles del líquido a la semana para su subsistencia. Vive desde hace una década en la zona La Tamborada y continúa aguardando que bajen hasta su grifo las aguas de Misicuni.

“Seguimos abasteciéndonos mediante cisternas. Han dicho que en septiembre darán agua de Misicuni, ojalá”.
Augusto Mérida, vecino
“ Confían en la calidad del agua que vendo. Les cobro más barato porque sé cuánto cuesta reunir dinero”.
Nelly Avilés, aguatera

 

La nueva categorización de Semapa, tarifas de discordia

La intención de Semapa (Servicio Municipal de Agua Potable) de implementar una “nueva estructura tarifaria” en Cochabamba provocó movilizaciones de vecinos. Ante las protestas, la empresa edil descentralizada determinó suspender temporalmente la medida.

“Yo pago 30 bolivianos a la semana por cinco turriles de agua. Si me suben el precio, voy a preferir seguir comprando agua de la cisterna antes que de Semapa”, advierte Augusto Mérida, vecino de La Tamborada en la zona sur de Cochabamba.

Semapa inició hace un mes la migración gradual de los usuarios de las categorías R1, R2, R3 y R4 a las categorías solidaria y domiciliaria, según la nueva estructura tarifaria. Sin embargo, los usuarios se resistieron y protestaron al verificar un incremento que, en algunos casos, superaba el 100%.

El pasado 12 de agosto, Semapa puso en statu quo la aplicación de la nueva estructura tarifaria. El gerente de la empresa, Luis Prudencio, señaló que sólo cumplía con un instructivo de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua Potable y Saneamiento Básico (AAPS).

En contraparte, la AAPS observó el miércoles 17 de agosto que Semapa cuenta con un exceso de personal y le pidió que realice ajustes.

“Semapa en estos últimos años tiene cinco funcionarios por cada mil conexiones, cuando el promedio son dos. Si multiplicamos esto, se evidencia que existe un superávit de personal”, dijo a los medios la directora ejecutiva de la AAPS, Karina Ordóñez.

Cochabamba necesita mil millones de bolivianos para llegar al 95% de cobertura en agua y alcantarillado, de acuerdo a datos oficiales. Desde 2017 Semapa ha presentado proyectos por un 700 millones de bolivianos que no han sido aprobados, según la empresa.

El Proyecto de Inducción II, que actualmente dota agua al municipio de Cercado, asciende a 230 millones de bolivianos. El Proyecto Múltiple Misicuni en general demanda un total de 435 millones de dólares.

$!Cisternas inician la venta de agua a barrios del sur. 

“En Semapa estamos listos. Tenemos siete sistemas esperando que se nos entregue el agua de Misicuni”.
Luis Prudencio, Semapa

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