La boliviana que lleva casi tres años en una prisión de Malasia, Magalí, luego de ser encontrada con más de dos kilos de droga en el aeropuerto de Kuala Lumpur, fue llevada ayer a una audiencia cautelar, en la cual busca ser librada de la condena de muerte. Hasta el cierre de esta edición no se dio mayores detalles de la mencionada audiencia.
Desde principios de este mes, el Gobierno interviene en el caso, ya que consideran que Magalí fue víctima de una red de trata y tráfico de personas que la captaron a través de las redes sociales. Estas le prometieron supuestamente que haría una carrera de modelo y la obligaron a traficar más de dos kilos de cocaína.
Según el relato de su familia, los traficantes le habrían enviado la oferta de modelaje por Facebook en agosto de 2019, tentada por la misma un mes después emprendió el viaje con el fin de cumplir su sueño.
El martirio de Magalí empezó después de que partiera de Cochabamba, Bolivia. Ella pasó por la capital cruceña, luego por Brasil, Dubai y aterrizó en Malasia. En una de esas escalas, un hombre africano la interceptó y la obligó a llevar la maleta cargada con droga, le advirtió que seguían su paso hasta que entregue la carga.
En Bolivia, Magalí dice que seguía las instrucciones de la mujer que la captó por las redes sociales, identificada como Julia Calle Quenta, quien ya se encuentra recluida en la cárcel tras ser capturada en Llallagua, Potosí, el 1 de agosto.