Pese al acercamiento iniciado en la víspera por el presidente Volodímir Zelenski, Kiev recibió ayer un nuevo revés de Washington al conocerse que EE.UU. ha cortado el intercambio de información de inteligencia con Ucrania, que sigue buscando más apoyo de sus socios europeos ante la brecha en las relaciones abierta por el presidente Donald Trump.
Según publicó el diario Financial Times y confirmó después el director de la CIA, John Ratcliffe, la Administración Trump ha decidido dejar de compartir con Kiev la información que recaban sus servicios de inteligencia, lo que dejará al Ejército ucraniano sin una baza importante para seguir librando esta guerra, después de que Trump ordenase también interrumpir temporalmente todos los suministros de armamento estadounidense a Ucrania.
Ratcliffe explicó que la suspensión se produjo tras el choque del viernes entre Trump y Zelenski en la Casa Blanca. «Trump tenía dudas reales sobre si el presidente Zelenski estaba comprometido con el proceso de paz y decidió que hiciéramos una pausa», afirmó el director de la CIA, quien no precisó, sin embargo, si la suspensión se aplicó de inmediato tras la reunión de ese día.
La clausura del canal de comunicación abierto entre los servicios de inteligencia de ambos países sale a la luz pública apenas unas horas después de que el presidente Zelenski lamentara el martes por la tarde la tensa discusión que mantuvo con Trump y con el vicepresidente, JD Vance, en el despacho oval y pidiera reanudar la cooperación con la Administración que lideran ambos.
Nuevo contacto tras la bronca
La distensión llegó ayer. Zelenski anunció que su Gobierno y el de EE.UU. han comenzado a trabajar ya con vistas a tender puentes hacia la paz y espera que «los primeros resultados» lleguen la próxima semana. «Todo el mundo puede ver la rapidez con la que se desarrollan los acontecimientos», dijo Zelenski, en un mensaje en el que confirmó contactos telefónicos entre su jefe de Gabinete, Andri Yermak, y el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, como paso previo para una reunión en persona. Se trata del primer contacto directo desde el encontronazo entre Trump y Zelenski el viernes en la Casa Blanca. Según Yermak, ambos hablaron de futuros pasos hacia «una paz justa y duradera» y de coordinar posiciones.
El Kremlin, por su parte, reaccionó ayer con «satisfacción» a la declaración de Zelenski para iniciar conversaciones de paz e incluso propuso Bielorrusia como posible sede para acoger las negociaciones, aunque volvió a poner en cuestión la legitimidad del líder ucraniano como interlocutor.
Mientras, Zelenski sigue cultivando a sus aliados europeos en busca de una alternativa al súbito cambio de postura de Washington tras el cambio de guardia en la Casa Blanca. El presidente ucraniano habló ayer con el canciller saliente de Alemania, Olaf Scholz, ante quien volvió a destacar el liderazgo alemán a la hora de reforzar las defensas aéreas ucranianas. Zelenski subrayó el potencial existente para incrementar la cooperación en ese campo.
Su jefe de Gabinete también habló por teléfono ayer con asesores del presidente francés, Emmanuel Macron, y del primer ministro británico, Keir Starmer. Ambos líderes se perfilan como los principales sostenes de Kiev para que las demandas ucranianas de cara a una negociación con Rusia sean escuchadas en Washington.
«No estamos en una posición de fuerza»
«No estamos en una posición de fuerza, dependemos de EE.UU. y esto nos empuja a buscar un compromiso» con Washington, declaró a Efe Oleksandr Slivchuk, analista político del Centro para el Diálogo Transatlántico de Kiev.
Slivchuk explicó que, según las fuentes a su alcance, Ucrania puede seguir luchando un mínimo de seis meses sin armamento de EE.UU., pero advierte que la situación amenaza con volverse dramática bastante antes en lo que respecta a las defensas antiaéreas.
«En misiles Patriot dependemos de EE.UU.», explica, citando un tipo de armamento que ha sido clave para defender las infraestructuras estratégicas ucranianas de los mejores misiles que utiliza Rusia.
Pese a esta dependencia, Slivchuk ve prácticamente irreversible la pérdida del apoyo a Ucrania de EE.UU. y el creciente desinterés de Washington por la seguridad en el continente. «No podemos cambiarlo. La apuesta de Ucrania es más colaboración con Europa», señala el experto, que resalta la urgencia de que los países del continente, y en especial Alemania y el Reino Unido, se vuelquen en proteger su seguridad.
Sobre la encrucijada en la que se encuentra Ucrania se ha pronunciado públicamente el exministro de Exteriores ucraniano Vadim Pristaiko.
En una entrevista con la publicación Ukrainska Pravda, Pristaiko se ha mostrado escéptico sobre la capacidad y el compromiso de Europa de llenar el vacío de la ayuda de Estados Unidos y ha expresado su temor a que Trump llegue a un acuerdo con el Kremlin por el que solo Ucrania se vea obligada a hacer concesiones.
«Putin considera que su operación sigue siendo exitosa; eso es lo que no entiende Trump», declaró el diplomático. «¿Qué pone Trump sobre la mesa? ¿Que no ayudará a Ucrania?», agregó.
Macron, abierto a extender a los aliados europeos la disuasión nuclear francesa
El presidente francés, Emmanuel Macron, se mostró ayer abierto a extender la disuasión nuclear de Francia, una de las potencias que tiene armas atómicas, a sus aliados europeos, sin por ello perder el control último de esas armas. «Nuestra disuasión nuclear nos protege, es francesa de principio a fin (…) He abierto el debate estratégico de la protección con la disuasión nuclear de nuestros aliados. La decisión última de su utilización estará siempre en manos del presidente de la República», dijo en un discurso televisado a la nación recogido por la agencia Efe, donde también se preguntó: «¿Quién puede creer que Rusia se conformará con Ucrania?».
Macron mostró su deseo de que EE.UU. siga contribuyendo a la defensa de Europa, pero señaló que «hay que prepararse por si no fuera el caso». «El futuro de Europa no puede ser decidido en Washington o Moscú. La amenaza viene del Este, la situación de estabilidad posterior a la caída del muro [de Berlín] ya no existe», dijo el francés, quien hoy participará junto al resto de líderes de la UE en una cumbre del Consejo Europeo en la que se abordará el plan de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, para movilizar cerca de 800.000 millones de euros para rearmar Europa.