no existe carne desde hace meses en la franja y un kilo de cebollas puede costar cerca de 10 euros. Muchas familias solo pueden comer una vez al día.
Yasmin Eid cocina una pequeña olla de lentejas. Es, con toda probabilidad, la única comida que ella y su familia comerán en todo el día. Vive en una tienda de campaña en un campamento en Gaza, con sus cuatro hijas y su esposo.
Después de haber sido desplazada cinco veces por los bombardeos, la familia Eid -originarios de Jabaliya- residen en el centro de Gaza, donde los grupos de ayuda tienen relativamente más acceso que en el norte. Esta última zona ha estado más aislada y destruida desde que Israel comenzó su ofensiva en la franja. Los expertos aseguran que se está desarrollando una hambruna total entre la población.
La Corte Penal Internacional emitió este jueves órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su ex ministro de Defensa, acusándolos de usar «el hambre como método de guerra». Israel niega rotundamente los cargos y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, los ha calificado como «escandalosos».
Sobrevivir entre robos de ayuda humanitaria y la hiperinflación
En Deir al-Balah, los Eid se encuentran entre los cientos de miles de personas que se refugian en campamentos de tiendas de campaña. Las panaderías locales cerraron durante cinco días esta semana. Pero tampoco se las pueden permitir, en todo caso: se calcula que el precio de una bolsa de pan subió a más de 12 euros el miércoles, ya que el pan y la harina desaparecieron de los estantes antes de que llegaran más suministros.
Para los Eids, el hambre es la rutina diaria. Durante meses, Yasmin y su familia se han ido a la cama con hambre. «Los precios se han disparado y no podemos permitirnos nada», afirma esta madre de familia. Un kilo de cebollas cuesta 9 euros y una botella de aceite 14, y eso si tienen suerte y encuentran suministros. La carne ha desaparecido de los mercados desde hace meses, aunque todavía quedan algunas verduras locales.
La oficina humanitaria de las Naciones Unidas ha advertido de un «fuerte aumento» en el número de hogares que sufren hambre severa en el centro y sur de Gaza. Un factor que no ha ayudado a aliviar la situación fue el robo a punta de pistola de casi 100 camiones de ayuda humanitaria durante el fin de semana pasado en el sur de Gaza. Israel culpó a Hamás, mientras que los paramilitares aseguraron que fue obra de bandidos locales.
Los camiones de ayuda humanitaria siguen siendo insuficientes
Israel dice que no pone límites a la cantidad de ayuda que entra en Gaza y culpa a las agencias de la ONU por no aumentarla, afirmando que cientos de camiones languidecen del lado israelí de la frontera.