Por tercer día consecutivo arde en Grecia un gran incendio forestal declarado el pasado domingo en la región de Corintia, a unos 130 kilómetros al oeste de Atenas. Ayer, el denso humo llegó hasta la capital y cubrió el cielo y el sol.
El siniestro se reportó el domingo cerca del pueblo de Rozena, en la costa norte de la península del Peloponeso (sur), pero se expandió hacia el sur y el este atizado por fuertes vientos, con un frente que llegó a sobrepasar los 30 kilómetros.
Desde entonces se ha ordenado la evacuación de unas 13 localidades, por lo que más de 2.000 personas han tenido que abandonar sus hogares. Hoy las autoridades giregas ordenaron la evacuación del pueblo de Sofiana, mientras las llamas se propagan hacia el sur.
Más de 400 bomberos, con 122 camiones, 8 helicópteros y 7 aviones cisterna, luchan por contener las llamas que ya han quemado más 2.600 hectáreas, según el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, Copernicus.
Incendios en Grecia continúan fuera de control
El lunes, la policía griega halló los cadáveres carbonizados de dos hombres frente a un corral cerca del pueblo de Ellinikó. Las víctimas son del contiguo pueblo de Ano Pitsá, de 35 y 40 años, que en la tarde del domingo acudieron en sus motocicletas para ayudar en las tareas de extinción en el poblado, y poco tiempo después se perdieron sus rastros.
Dos bomberos resultaron heridos ayer. Uno presentó problemas respiratorios leves, mientras que el otro fue herido en un ojo por un chorro de agua.
El alcalde del municipio de Xylokastro-Evrostini, Vlasis Tsiotos, declaró a una agencia local que «Se ha luchado contra las llamas literalmente en el interior de los pueblos y la destrucción en los cultivos es total”.
Según estadísticas del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, a finales de septiembre, se ha registrado una superficie quemada de +370.000 hectáreas en Europa. Esto es un 16% más que el promedio de 2006-2023.
Grecia sufrió este verano dos olas de calor extremo, con temperaturas que sobrepasaron los 44 grados centígrados en algunas regiones. Esta situación, combinada con las pocas precipitaciones registradas, ha causado la sequía de la vegetación y aumentado el riesgo de incendios.