Culpa a los contratistas y alega que lo dejaron caer intencionalmente
Una mujer viuda y madre de dos hijos está buscando justicia tras la trágica muerte de su esposo, de 27 años, quien falleció tras caer unos 60 metros dentro de la mina “Tres Amigos”, de la Cooperativa Ollerías.
La desconsolada mujer, identificada como Nayla Cáceres, trabajaba junto a su esposo en la mina y afirma haber sido testigo de su fatal caída. Según su testimonio, los contratistas presentes en el lugar no prestaron ayuda a su esposo en el momento crítico, lo que la llevó a sospechar que la negligencia fue intencional.
SU VERSIÓN
“Yo pienso que a mi marido le han hecho la jugada. A mi marido lo han lanzado de ‘sullu’ (ofrenda) a la mina. Mi marido era joven: yo tengo mi bebé de nueve meses”, declaró Cáceres.
Ella trabajaba en la mina como ‘winchera’ junto a su esposo, por lo que asegura haber visto toda la tragedia. Culpa a los contratistas por la muerte del hombre y alega que lo dejaron caer intencionalmente.
“Solo han agarrado a su hermano, no a mi marido. Él se estaba agarrando de la bota. Le han soltado a su hermano y ha caído 60 metros. Nadie le ayudó a mi marido, ninguno de los contratistas”, expresó, en medio de sollozos.
“CONVENIENCIA”
La viuda exige una investigación exhaustiva para esclarecer las circunstancias de la muerte de su esposo y que se haga justicia.
Su dolor y desesperación reflejan la dura realidad de las condiciones laborales en algunas áreas mineras, donde la seguridad a menudo se ve comprometida.
“Mi marido estaba vivo. Yo he visto todo. Mi marido estaba gritando. Ese contratista ha visto la conveniencia de salvar a su hermano y dejar caer a mi marido”, recordó.
Cáceres afirmó que el cuerpo de su esposo fue rescatado con la ayuda de ocho jóvenes, pero no de los contratistas. “Ellos han entrado conmigo a la mina, ellos me han ayudado a sacar a mi marido, ni siquiera los contratistas”, señaló.
CONTRATISTAS
La mujer lamentó que los contratistas no aparecieron en el velorio ni en el entierro, y que tampoco le ayudaron económicamente para las exequias fúnebres, lo que la lleva a pensar que todo podría haber estado preparado.
