A 200 bolivianos sube el horneado de pan por quintal, para la celebración de Todos Sontos, cuando la población acostumbra la elaboración de masitas, t’ant’awawas, entre otros, para el recibimiento de las almas, según las creencias.
El incremento se registra de forma consecutiva en estos últimos tres años, desde que la pandemia por el covid afectó la economía de las familias bolivianas, ya que en 2021 el horneado de pan por quintal era Bs180 y para 2022 se elevó a Bs190 y ahora a 200.
El horneado de pan por arroba también sufrirá un incremento, ya que el pasado año llegó a costar Bs45 y para esta gestión valdrá Bs50. “Casi un 90 por ciento se mantiene la lista de precio, velando siempre por la ciudadanía. El horneaje del quintal es 200 bolivianos, la arroba es 50 bolivianos, la libra de biscocho 50 bolivianos, el horneaje de lechón 50”, declaró a la prensa el representante de los panificadores, Fidel Paco.
Mientras que la galleta, masitas, pan, suspiros, maicillos, Bs6 por lata; humintas, Bs9, por lata. La Intendencia Municipal realizará controles para que los precios estén a la vista de los usuarios, durante Todos Santos.
“Si se ha incrementado es por el trabajo que realizamos, la adecuación de cada horno, hemos tratado de cuidar. El sector panificador es un ciudadano de a pie, todo ha subido, todo se ha aumentado y es un precio preferencial”, indicó.
TRADICIÓN
La elaboración de pan para recibir Todos Santos, una celebración cultural de recibimiento de los difuntos, se mantiene en El Alto y el país. Las familias no dejan de lado la tradición, aunque la economía no permite que se realice la cantidad de masitas que antes se acostumbraba, recordó Paco.
“Aún todavía tenemos esa costumbre que viene desde nuestros abuelos, pero ya no es como antes, hace años las familias hacían quintales. A una persona cuando fallece le dan esa muestra de cariño, antes elaboraban cinco a seis quintales pero ese tiempo ya ha pasado, la gente cuida su economía y ahora máximo hacen un quintal, después hacen por arrobas, pero la tradición se mantiene”, dijo Paco.
La tradición de Todos Santos señala que las almas de los difuntos llegan a mediodía del 1 de noviembre y se van a la misma hora del día siguiente.
Para esta visita se arman mesas con figuras de pan (t´ant’awawas, escaleras, caballos), galletas, cañas de azúcar, agua, además del platillo favorito del difunto.
El 2 de noviembre todo eso debe ser trasladado hasta el cementerio, donde los visitantes elevan oraciones para despedir al difunto, a cambio de pan.