“A mis compañeras, a las mujeres de pollera, he visto que participan en varios deportes. Así tenemos que estar siempre. ¡Adelante!”, expresó Teresa Zárate para impulsar a otras aymaras a practicar golf.
El exclusivo La Paz Golf Club está cerrado porque este lunes algunos de sus trabajadores están en competencia: entre ellos cuatro mujeres, incluidas dos indígenas aimaras que mostrarán sus habilidades con el swing sin dejar de lado sus típicas polleras coloridas.
El golf no tiene arraigo popular en Bolivia y es considerado un deporte para personas adineradas, pero desde hace 37 años estas dos mujeres que trabajan en el mantenimiento del campo se han sentido atraídas por este deporte y han decidió jugarlo con su ropa tradicional.
En medio de las montañas al sur de La Paz, a unos 3.300 metros de altitud, se encuentra el club cuyo césped está “muy bien cuidado”, se ensalzan Martha Mamani y Teresa Zárate.
Otras dos jugadoras novatas las acompañan, Patricia Huaycu y Nelicia Alejo, quienes aprenden de Mamani, de 55 años, y de Zárate, de 51.
“El golf es muy bonito”, pero se necesita mucha paciencia y tranquilidad, dijo Mamani en una nota que apareció en Los Angeles Times. La deportista solo cambia sus zapatos clásicos por los de golf, pero mantiene su pollera colorida, su blusa y su sombrero de copa baja.
“A mis compañeras, a las mujeres de pollera, he visto que participan en varios deportes. Así tenemos que estar siempre. ¡Adelante!”, expresó Zárate para impulsar a otras aimaras a practicar golf.
Mamani sí cambia su sombreo por uno de ala ancha, pero solo para evitar el sol, mientras despliega en las 60 hectáreas del campo el swing que le ha enseñado el profesor paraguayo Ángel Jiménez.
En Bolivia hay solo cinco clubes de golf de cuyas competencias participan menos de 90 golfistas, en su mayoría hombres.
El premio aún no está determinado, pero Mamani recordó que en ediciones anteriores compitieron por productos de la canasta familiar hasta celulares de última generación, todos financiados por los socios del club.
Del campeonato participan otros 20 trabajadores con el fin de confraternizar, explicó el gerente general de La Paz Golf Club, Víctor Hugo Aguirre.
“Que ellas (Mamani y Zárate) disfruten esto es especial… y habla de inclusión. Cualquier persona puede aprender a jugar golf y solamente debe tener el interés”, añadió.