El Gobierno anunció la implementación de proyectos a corto, mediano y largo plazo para disminuir la dependencia de diésel y gasolina extranjeros.
Desde abril de este año, el valor de las importaciones de diésel y gasolina supera el valor de las exportaciones de gas natural de Bolivia, según reportes del Instituto Nacional de Estadística (INE) que confirman la declinación de los campos petroleros del país y la menor producción de hidrocarburos líquidos.
De enero a junio, las internaciones de combustibles sumaron $us 1.772,5 millones, mientras que las ventas externas de gas acumularon $us 1.428,1 millones. En el primer caso aumentaron en 143,1% respecto a similar periodo de 2021, mientras que en el segundo caso crecieron en 35,4%.
Analistas reiteran que la menor producción nacional de combustibles y, por ende, la mayor importación de estos productos –en un contexto de precios altos por el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, y por la crisis logística global– se debe a una falta de planificación e incentivos en el sector.
El Gobierno, por su lado, cifra sus esperanzas de reducir el creciente volumen de las importaciones en proyectos a mediano y largo plazo, como la implementación de plantas de biodiesel, la recuperación mejorada de petróleo y la exploración. A corto plazo, prevé la importación de petróleo crudo para producir combustibles en sus refinadoras, pero la medida aún no se ha hecho efectiva.
Los $us 1.772,5 millones que se emplearon en los primeros seis meses del 2022 para la internación de carburantes representan el 58,3% del monto de $us 3.038 millones destinado para este tipo de compras en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2022.
De acuerdo con estas cifras, quedan $us 1.265 millones para estas compras externas, que el año pasado aumentaron en torno a un 65% en el mes de diciembre.