Bolivia planteó apoyar las gestiones nacionales para desclasificar la hoja de coca de la Lista I de Estupefacientes de la Convención Única de 1961.
Colombia. – Bolivia planteó apoyar las gestiones nacionales para desclasificar la hoja de coca de la Lista I de Estupefacientes de la Convención Única de 1961, y respaldar a los gobiernos electos democráticamente, como parte de las acciones destinadas a fortalecer la lucha contra el narcotráfico en Latinoamérica y el Caribe.
Los ministros de Relaciones Exteriores, Rogelio Mayta, y de Gobierno, Eduardo del Castillo, participaron en Colombia de la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre las Drogas para “La Vida, la Paz y el Desarrollo”, donde se trazó una hoja de ruta, justamente, para afianzar la lucha contra este ilícito y consolidar alternativas de desarrollo.
“Esperamos contar con el apoyo de los países presentes en esta reunión para enmendar un error histórico cometido hace más de 70 años, que se decidió criminalizar las prácticas culturales de nuestros pueblos sin un estudio serio”, afirmó Mayta en alusión a las gestiones iniciadas para sacar a la coca de la lista de estupefacientes.
En Bolivia se tiene en vigencia la Ley 864, del 13 de diciembre de 2016, que declaró “Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado Plurinacional de Bolivia al Acullico como la masticación tradicional de la hoja de coca, que permite extraer el contenido de sus nutrientes”.
Es el tercer producto de coca en la región. La Ley de la Coca establece un límite legal de 22.000 hectáreas en zonas productoras del Chapare, Cochabamba, y Yungas, La Paz, por lo que el resto es sujeto a erradicación y reducción.
“La convención de Viena ha pasado más de medio siglo diciendo que la coca es una droga, miente, son los que la consumen y convierten a la planta en un veneno”, aseguró y recordó que Bolivia presentó una solicitud de examen científico de la clasificación de hoja de coca ante el secretario general de las Naciones Unidas, el 23 de junio.
Además, afirmó que el uso científico de la hoja de coca como medicina, por ejemplo, podría beneficiar a la humanidad y al desarrollo sostenible de los pueblos vulnerables de la región de zonas productoras, como parte de una visión integral en la lucha contra el narcotráfico.
Para Del Castillo, es necesario también fortalecer la democracia y respaldar a los gobiernos democráticamente electos, porque “solo así se garantiza una eficiente lucha contra el narcotráfico”.
“Las instituciones debilitadas por gobiernos irregulares o de facto, trae consecuencias nefastas para las instituciones encargadas de combatir estos ilícitos”, advirtió en alusión al gobierno de facto de Jeanine Áñez, que estuvo marcado por hechos de corrupción y el crecimiento de la actividad del narcotráfico.
Bolivia nacionalizó la lucha contra el narcotráfico y apuesta por la coordinación regional para fortalecer el combate contra este ilícito. En el gobierno del presidente Luis Arce se retomó la política impulsada desde 2005 y que está caracterizada por una política soberana y regionalizada.
“La represión no ha funcionado, hemos demostrado que cuando existe mayor coordinación y control social con los productores de hoja de coca existe mayor control de los cultivos de hoja de coca, y cuando existe mayor represión existe incremento de los cultivos de hoja de coca”, explicó Del Castillo en alusión a la política boliviana que contrasta con iniciativas del pasado como “coca cero”.
Los datos dan cuenta que en 2022 se logró reducir la superficie de hoja de coca en 0,7%, con control social y sin vulneración de los derechos humanos ni represión.
Además del consumo tradicional de la hoja, se desarrollan productos desde mates hasta dentífrico y se prevé que en esta gestión iniciará operaciones la industria Kokabol para la investigación con fines médicos y terapéuticos, y de esta manera evitar que la coca excedentaria sea destinada a fines ilícitos.