El ojo seco en perros es una enfermedad que se caracteriza por una falta de producción de lágrimas o una alteración en la capa lagrimal, que afecta normalmente los dos ojos.
Esta patología es bastante compleja y requiere de un seguimiento continuo, pues en casos graves pueden aparecer úlceras y opacidades corneales, e incluso provocar déficit visual.
¿A quién afecta el ojo seco?
Puede presentarse en los canes de cualquier raza y a cualquier edad, tanto en machos como en hembras. Sin embargo, es más común en los perros ancianos, y que se presente en ambos ojos, mostrándose uno peor que otro.
Síntomas
En la mayoría de los casos el perro presentará dolor en los ojos, y estos se mostrarán rojos e irritados.
También comenzarán a parpadear de manera excesive e incluso querrán permanecer con los ojos cerrados. Además, tendrán un flujo mucoide amarillento y espeso.
De igual manera, existe la posibilidad de sufrir de conjuntivitis frecuente, y hasta desarrollar úlceras y cicatrices de la córnea.
Finalmente, y no menos importante, los ojos tienen una apariencia opaca y sin brillo y la visión puede reducirse.
Tratamiento
Sin lugar a dudas, el veterinario debe ser quién realice el diagnóstico y establezca el tratamiento oportuno del ojo seco.
En tal sentido, el medicamento que se le aplique al animal debe tener por objeto estimular la producción de lágrimas, reponer la película lagrimal y proteger la córnea.
Por otra parte, la higiene es fundamental para evitar infecciones que empeoren la situación, para ello, limpia con toallitas, un gel específico o agua con jabón. También se puede aplicar calor sobre los párpados y realizar un suave masaje que estimule el lagrimal del canino.
Antes de aplicar el tratamiento, lava tus manos y luego retira el pelo alrededor de los ojos del animal. Se recomienda que, al momento de aplicar el producto recetado por el veterinario, éste sea colocado sobre una gasa limpia y luego se proceda a frotar suavemente alrededor de los ojos.
Cuando el perro es diagnosticado con el síndrome del ojo seco, la atención médica debe ser de por vida para evitarle el dolor a la mascota y pueda disfrutar de una buena calidad de vida.