En un viaje que duró más de un mes, la India logró alunizar en la cotizada zona sur con un equipo “low cost” tras el fracaso de Rusia
La sonda Chandrayaan-3 de la India, ha conseguido aterrizar en en el cotizado polo sur de la Luna, siendo el primer país en conseguir explorar esta zona lunar. Además lo logra después del fracaso de Rusia tan solo tres días antes y con una nave ‘low cost’.
El viaje, que ha durado más de un mes, ha ido en todo momento según lo esperado. En las caras de la atestada sala de control de la Organización India de Investigación Espacial (ISRO, por sus siglas en inglés) se reflejaba la tensión que se relajaba con cada mensaje que señalaba que se había superado alguna de las críticas etapas del final.
En la retina de muchos de ellos aún brillaba el intento fallido de Chandrayaan-2, con la que se perdió la comunicación durante los temidos ’15 minutos de terror’. Esta parte constó de cuatro fases: la primera, de frenado brusco, donde la nave pasa de 6.000 kilómetros por hora a casi cero; después, la fase de mantenimiento de altitud, que tuvo lugar a unos siete kilómetros sobre la superficie lunar; tras ella llegó la fase de ruptura final, con un desplazamiento horizontal hasta posicionarse en el punto de aterrizaje; y, finalmente, el descenso terminal, la etapa final donde el módulo aterrizó.
El primer ministro indio, Narendra Modi, siguió en directo de forma telemática el evento desde la cumbre diplomática de los BRICS en Sudáfrica y una pantalla le enfocó durante la última media hora de maniobras. El semblante serio se tornó en una sonrisa y, finalmente, en aplausos cuando se confirmó la gesta espacial. Después, para celebrarlo, sacaba una pequeña bandera de India que ondeaba frente a la cámara, justo antes de arengar y felicitar al equipo de ISRO.
«Este es un grito de victoria de la nueva India», señalaba Modi en el discurso, si bien luego puntualizó que se trataba de «un éxito que pertenece a toda la Humanidad». Sreedhara Somanath, responsable de ISRO, agregó que “esta es la recompensa para todas esas personas que han trabajado, comido y dormido durante los últimos cuatro años construyendo Chandrayaan-3. Y esto es solo el principio».
Dentro de Chandrayaan-3 han viajado el módulo de aterrizaje Vikram, que quiere decir ‘valor’ en sánscrito; y un pequeño rover, el Pragyan, que en el mismo idioma significa ‘sabiduría’. El primero se diseñó solo para probar que India poseía la tecnología para llevar a cabo un alunizaje suave en un lugar tan accidentado como el polo sur lunar. El segundo se construyó pensando en una misión de tan solo 14 días con la que demostrar que el país está preparado también para explorar, al menos de forma robótica, otros mundos. Ahora es su turno.
El codiciado polo sur lunar
El objetivo, el polo sur lunar, es la nueva ‘tierra prometida’. Los científicos creen que allí hay abundantes reservas de agua en forma de hielo (varios estudios lo corroboran, pero nadie ni nada ha estado físicamente allí para comprobarlo), lo que sería de gran ayuda para próximos asentamientos humanos.
Pero allí no solo hay agua: en el polo sur hay mucha información sobre el manto de la Luna, que guarda secretos de la formación planetaria. Y también hay depósitos de titanio y aluminio, así como de metales preciosos y gemas semipreciosas -entre otros materiales-, que podrían explotarse para ser usados tanto allí como en la Tierra.