El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani, aseveró este jueves que tras encuentros de autoridades bolivianas con las de Paraguay, Uruguay y Brasil, se intercambió información sobre el narco uruguayo buscado en Bolivia, Sebastián Marset.
El hombre buscado por la Policía de diferentes países no solo se dedicaba al tráfico ilícito de drogas, sino que, su organización criminal también estaba vinculada con iglesias evangélicas en Paraguay.
«Asimismo, esta organización criminal tenía vínculos con iglesias evangélicas en Paraguay, tal es el caso del pastor evangélico José Alberto Efraín», detalló Mamani y agregó que la familia del religioso también tenía vínculos con Marset.
El otro pastor evangélico vinculado con el narco uruguayo fue identificado como Javier Rojas.
Por otro lado, la organización se encargaba de crear fundaciones para el lavado de dinero en actividad agroganaderas, y organizaba eventos culturales.
Marset además formaba parte de un colectivo empresarial, su esposa, Jeanine García Troche, figuraba como empresaria y ambos se dedicaban a la adquisición de vehículos, la compra y venta de bienes inmuebles, de ganado y de vehículos en Paraguay.
Por otro lado, Marset era inversionista de empresas legalmente constituidas en Paraguay y otros países. Se dedicaba a la organización de espectáculos, conciertos y eventos deportivos; compraba y financiaba equipos de fútbol.
El narco uruguayo además trasportaba sustancias controladas vía aérea, terrestre y marítima para llegar a mercados europeos.
Mamani indicó que, de acuerdo a las investigaciones, 13 personas del entorno familiar de Marset ingresaron a Bolivia, entre su familia política, sus padres, hermanos y hermanastros.