En Anzaldo, varias familias deambulan por kilómetros para obtener agua para consumo y uso por la extrema sequía. La falta de agua obligó a niños y ancianos a salir a buscar el líquido vital a los ríos, atajados y vertientes; fuentes que están a punto de secarse.
La situación obligó a las autoridades municipales, ya en marzo, a declarar emergencia por sequía y activar un plan de contingencia para adaptar una volqueta como cisterna para distribuir agua a seis comunidades, donde los pobladores y los animales sufren por la falta de agua, informó el secretario general de la Alcaldía, Fortunato Herbas.
En la comunidad de Torancali, el consumo de agua turbia de algunos atajados está afectando la salud de los pobladores debido a que los animales también emplean estas fuentes para saciar su sed.
La enfermera auxiliar del centro de salud de Torancali, Blanca Suárez, señaló que al establecimiento acuden pacientes de 12 comunidades, y en todas hay sequía, por lo que constantemente recomienda a la población que hervir el agua antes de consumir.
“El agua de los atajados no es garantizada porque no es potable. A veces los animales hacen sus heces cuando van a tomar y las personas llegan a beber eso que está contaminado. Eso termina causando diarreas”, contó.
La comunidad se encuentra a 30 minutos del centro urbano de Anzaldo, donde la Asociación de Agua Potable también raciona el recurso hídrico desde junio.
La dirigente de la comunidad de Torancali, Elsa Cabezas, comentó que, ante la desesperación de las 15 familias que viven en la zona, se solicitó a la Alcaldía la dotación de agua en tanques de almacenamiento para cubrir la demanda de los vecinos, la escuela y el centro de salud.
“Varios de nuestros atajados están secos y algunos tienen poquita agua, eso es porque este año poco ha llovido, con eso estamos viviendo”, afirmó.
Siles mencionó que se solicitó la perforación de un pozo en el lugar, pero la composición del suelo impide la perforación, por lo que muchas personas incluso bajan a lavar ropa y traer agua hasta el río de Llallaguani, ubicado a unos seis kilómetros de la comunidad.
Secos y con el caudal a la mitad, así se encuentran la mayoría de los atajados en varias comunidades de Anzaldo. En un recorrido realizado por Los Tiempos se evidenció que los pobladores caminan por más de una hora en busca forraje para alimentar a vacas, bueyes y ovejas.
Rosmeri Colque, maestra de la escuela Padre Andrés Moreno, dijo que es triste ver cada año a los niños y sus familias sufrir por la falta de agua, pero siente que este año el problema es más crítico porque la sequía es más dura.
El Secretario General de la Alcaldía precisó que, a la fecha , la sequía golpea al 30 por ciento de 69 comunidades, por lo que se pidió apoyo a la Gobernación y al Gobierno central para la perforación de pozos e insumos para paliar los efectos del fenómeno de El Niño.
“Tenemos un pozo del que estamos llevando dos veces a la semana agua a las comunidades que necesitan, pero eso no es suficiente, necesitamos ayuda porque somos un municipio con pocos recursos”, explicó. Entre tanto, desde la Gobernación se informó que la escasez de agua afecta a 40 municipios, por lo que se analiza una declaratoria de emergencia departamental.