El “Triángulo del litio”, conformado por Argentina, Bolivia y Chile, ha ganado protagonismo como epicentro de una disputa mundial por el “oro blanco”, dijo en un artículo del portal italiano especializado en asuntos internacionales, InsideOver.
En un escenario de agravamiento de la competencia entre grandes potencias y tensiones geopolíticas, América Latina ha emergido como un punto clave en las relaciones internacionales. La región ha sido objeto de interés para China, Rusia e Irán, quienes buscan asegurar posiciones estratégicas, aliados y recursos naturales.
En este contexto, el “Triángulo del litio”, conformado por Argentina, Bolivia y Chile, ha ganado protagonismo como epicentro de una disputa mundial por el “oro blanco”, dijo en un artículo del portal italiano especializado en asuntos internacionales, InsideOver.
El litio, conocido como el “rey de los metales alcalinos”, se ha convertido en una pieza fundamental para la transición energética y es esencial para diversos sectores, desde la industria automotriz hasta la tecnología espacial. América Latina concentra aproximadamente el 60% de todos los depósitos identificados en el mundo, y entre los países clave en la producción de litio se encuentran Bolivia, Argentina, Chile y México.
Bolivia ha destacado por su riqueza en litio, representando el 23,7% de las reservas mundiales, recuerda el artículo, firmado por Emanuel Pietrobon.
Una vez el MAS retomó el poder en Bolivia, en 2020, el tema del litio volvió a ser una prioridad. Se llegó a un acuerdo entre la empresa boliviana YLB y las compañías chinas BRUNP, CATL y CMOC por 1,2 mil millones de dólares, permitiendo la extracción anual de cincuenta mil toneladas de litio.
Esto fortalece aún más la posición dominante de China en las cadenas de valor del “oro blanco” y desplaza a Estados Unidos de la ecuación, quien necesita el litio para fines militares y en su industria de defensa, dijo InsideOver.
China ha sido uno de los principales actores en el “Triángulo del litio”, invirtiendo masivamente en la región y adquiriendo empresas mineras locales para asegurar el suministro de litio. Su visión a largo plazo y sus presiones diplomáticas han llevado a controlar una parte significativa de las reservas de litio en el mundo.
La disputa mundial por el litio y otros recursos estratégicos se ha convertido en una batalla por la dominación geopolítica y el control de la transición energética.
El artículo agrega que Bolivia, con su riqueza en litio, se ha convertido en un punto focal en esta lucha, y su posición en el “Triángulo del litio” la coloca en el centro de la atención internacional. El resultado de esta competencia por el “oro blanco” tendrá implicaciones significativas para el futuro económico y político de la región y el mundo.